Genio y Figura/ El peso no determina la felicidad

AutorGaby Vargas

"Casi me creo lo que dices". Me escribió una joven con problema de obesidad una vez que publiqué en una revista la idea que encabeza esta columna. "Tú nunca has sabido lo que es sentirte rechazada por la sociedad, lo que es no tener qué ponerte porque naaada te queda, que ningún niño te invite o te haga caso". En el reclamo intenté comprender la tristeza y el sufrimiento que se filtraban.

La obesidad puede ser ocasionada por muchas razones de las cuales no soy especialista. Sé que uno de cada cinco mexicanos la padecen. También sé que habrá personas con este problema que se aceptan a sí mismas, son felices y hacen felices a los demás.

Sin embargo, el correo electrónico de esta joven me da a pensar que quizá en muchos casos es un signo de desesperanza. Una manera de poner en el cuerpo lo que no se ha expresado afuera. Una autoestima deteriorada que quizá proviene de una falta de aceptación personal.

Me lleva a reflexionar que tendríamos que ver a una persona obesa desde nuestras propias carencias y no de arriba para abajo. Comprender que a veces la tristeza se disfraza de euforia o de comicidad. "Qué chistoso es el gordito", decimos con frecuencia. Quizá se burla de sí mismo para evadir el sentimiento real.

Nuestra ceguera nos impide ver que a lo mejor los mil pretextos que inventa para no ir con los amigos a una fiesta, a la playa o de vacaciones, no es más que el reflejo de la soledad y el aislamiento en el que vive. La agresividad o resentimiento que en ocasiones muestra a los de más confianza quizá no sea más que un grito de ayuda.

No nos damos cuenta que su desarreglo personal es como si portara un letrero en el cual se lee: "Ignórame, no valgo nada y lo sé". Y que un pensamiento auto-destructivo como éste, con el tiempo hace mella en la auto-imagen de cualquier persona y se crea así un círculo vicioso.

Habría que comprender que la obesidad es quizá una forma de evasión de la realidad; y que si hay evasión es porque hay desesperanza. Tal vez se aferran a esta tabla de salvación para no hundirse y sobrevivir.

Nos toca a los amigos y familiares ser más bondadosos, solidarios y comprensivos. Nos toca dar con nuestro respeto, cariño y actitud esa luz de esperanza, misma que se alimenta de vivencias y buenas experiencias. No basta exigirle que baje de peso o que tenga una actitud positiva a la vida, si falta el recipiente que la reciba.

El que padece los problemas y limitaciones de la obesidad debe convencerse...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR