Genio y figura / 'Imbecilidad transitoria'

AutorGaby Vargas

"Hay dos cosas que el hombre no puede ocultar: estar borracho y estar enamorado".

Antífanes (408-33 a. C.) comediógrafo griego

"0olaa!

amm pss mee llamo Mónica tengo 18 años.. en febrero cumpliré 19 y...

Estoy embarazada...!

En realidad no me arrepiento... bueno... hay momentos en los que aún no logro asimilar lo que me sucedió... sé que ya no soy una niña como para que esto me haya pasado.. además también sé que hay muchos métodos anticonceptivos! pero pss no los usé y no sé ni por qué!".

Lo que esta joven me cuenta que le sucedió (transcrito tal cual lo recibí, pero con otro nombre) y ella no se explica, es exactamente lo que el filósofo madrileño Ortega y Gasset describe como una etapa de enajenación que confundimos con enamoramiento y que con razón llama "imbecilidad transitoria".

Una especie de trance tan maravilloso como peligroso.

Los afortunados que la hemos padecido alguna o muchas veces al inicio de una relación pasional, sabemos que la razón no participa en esa irrealidad, la conciencia se perturba y tanto la inteligencia como la voluntad desaparecen. Todo nuestro cuerpo entra en una especie de ebullición que nos llena de vida, de energía y de sueños.

La química del cerebro se altera, se electrifica, como si estuviéramos en un "viaje" de alguna droga como mota o cocaína. Es así que vemos cualidades casi heroicas y extraterrestres en el otro, cuando los demás se preguntan: "¡¿Pero qué le ve?!", "¡¿Qué no ve?!" Helen Fisher, la famosa antropóloga estadounidense, explica que el enamoramiento crea una adicción muy similar a la que experimenta cualquier adicto a un narcótico.

"La persona es capaz de pasar por cualquier situación, no importa si afecta su salud o incluso si es físicamente peligrosa". Una vez que te enamoras, no importa nada: ni el trabajo, ni otras relaciones, ni la comida, ni dormir, o... si resulta en un embarazo.

Afortunada o desafortunadamente, según los expertos, este estado de ebriedad no se puede mantener bioquímicamente por mucho tiempo. Por lo que cuando pasa esa imbecilidad, podemos...

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