Generales en su laberinto

AutorDaniel de la Fuente

Militares y líderes, Bernardo Reyes, Pablo González Garza, Antonio I. Villarreal y Aarón Sáenz son cuatro de los protagonistas más relevantes de la Revolución en Nuevo León

Bernardo Reyes

El siglo 19 está muriendo y Nuevo León permanece sumido en una inestabilidad económica y política aún más grave que el resto del País. El mando de la política local lo ejercen dos ex combatientes de la Intervención Francesa: Gerónimo Treviño y Francisco Naranjo, entre otros caciques, quienes fungen como árbitros de los destinos del Estado y se turnan en el poder desde 1867.

Para acabar con esto, Porfirio Díaz envía a Bernardo Reyes, nacido en Guadalajara en 1850, quien llega como jefe de operaciones militares.

En 1885, al celebrarse las elecciones para Gobernador, la división entre aquellos nuevoleoneses se profundiza y Díaz designa Mandatario interino a su aliado el 12 de diciembre de ese año.

Al tomar posesión, Reyes establece un sistema fiscal que da grandes resultados; organiza la Junta de Mejoras Materiales y acaba con el desorden y el bandidaje. También reorganiza la Escuela Normal. Sin embargo, lo más recordado de su régimen es la exención de impuestos estatales por siete años a empresas que invirtiesen más de mil pesos y se establecieran antes de 1890, así como por 20 años a las obras de utilidad pública.

La respuesta no tarda: en 1890 se otorga concesión a Juan Weber, Reynaldo Berardi y Francisco Armendaiz para crear la Compañía Minera, Fundidora y Afinadora, que luego es Peñoles.

Un año más tarde se instalan dos grandes plantas de la Cervecería Cuauhtémoc, promovidas por J.M. Schnaider e Isaac Garza, y la compañía fundidora American Smelting and Refining Co.

En 1900 se construye también la Compañía Fundidora de Fierro y Acero Monterrey. Además, se abren líneas de tranvías, fábricas textiles, molinos de harina, fábricas de jabón, una planta de agua embotellada y Vidriera.

Reyes decreta la Ley de Instrucción Pública y abre escuelas en diversos municipios; funda un pabellón para tuberculosos en el Hospital González, establece la aplicación de una vacuna contra la rabia y, más tarde, aprueba una Ley de Consejo de Salubridad. Inaugura avenidas, protege a los indios. Sus críticos, sin embargo, señalan su lealtad a Díaz, quien estaba en declive, y el deseo de sucederlo en el poder.

Tantas vueltas a la Ciudad de México hacen que Reyes dé espacio a la Oposición en la entidad. Eso, y que Díaz designe años después a Gerónimo Treviño como jefe de la zona...

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