Genera relevo incertidumbre

AutorOctavio Ortega

MÉXICO.- Los cinco meses que dura la transición mexicana afectan la economía, las inversiones, propician la ingobernabilidad y la inseguridad. El vacío de poder, en circunstancias como las que se viven actualmente, obliga a pensar opciones para acortar el periodo transcurrido entre la elección del Presidente y su toma de protesta.

El jurista Diego Valadés, experto en derecho constitucional; el ex Senador Carlos Jiménez Macías, autor de la más reciente iniciativa presentada en el Congreso para acortar el periodo de transición; el especialista en filosofía política Luis F. Aguilar y el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, coinciden en que este largo periodo genera incertidumbre.

México es uno de los tres países con la entrega-recepción más lenta entre 41 Estados de Europa occidental y América.

El interregno mexicano de 152 días, etapa entre las elecciones y el día de la toma de posesión, sólo es superado por Haití, con 167 días, y Luxemburgo, con 222. A países como Gran Bretaña y Francia su transición sólo les lleva nueve días.

Los 152 días de México sobrepasan por más del doble el promedio de la tabla, que es de 62.5 días.

Hasta hoy, han transcurrido dos meses desde las elecciones en las que el priista Enrique Peña Nieto obtuvo la mayoría de los votos. Ese periodo, en el que transcurrió la calificación del proceso luego del recurso de nulidad presentado por la coalición Movimiento Progresista, mantuvo paralizado al ganador de los comicios.

Peña Nieto ha anunciado una agenda de reformas, que van desde las denominadas estructurales (laboral, energética y fiscal) hasta las coyunturales (una comisión nacional anticorrupción, la ampliación de facultades al Instituto Federal de Acceso a la Información y la regulación de los contratos publicitarios entre medios de comunicación y Gobiernos).

Pero ha dedicado la mayor parte de su tiempo a defender su elección.

Luego de recibir la constancia de mayoría por parte del Tribunal Electoral, el Presidente electo deberá esperar otros tres meses para asumir el poder.

Mientras, podrá conformar su Gabinete, realizar giras internacionales, preparar su plan de gobierno y trabajar en el proyecto de Presupuesto de Egresos que deberá presentar al Congreso 15 días después de su toma de protesta.

Para ello contará con una partida de 150 millones de pesos aprobada el año pasado por la Cámara de Diputados (la misma cantidad que ejerció Felipe Calderón entre el 7 de septiembre y el 30 de noviembre del 2006).

VACÍOS DE PODER

En los dos primeros meses de esta transición han ocurrido hechos que, según el jurista Diego Valadés, muestran vacíos de poder y un deterioro institucional que se acelera conforme se extingue la Administración calderonista.

En Nuevo León se han presentado granadazos, quemas de negocios y ataques a medios de comunicación. En San Luis Potosí, el 9 de agosto se registraron 21 ejecuciones y tres días después fue asesinado el Alcalde electo de Matehuala, Édgar Morales.

El 10 de agosto hubo enfrentamientos y narcobloqueos en Michoacán; el 11 de agosto, quema de vehículos y gasolinerías en cuatro municipios de Guanajuato; el 22, un grupo armado secuestró a la directora del Cereso de Cieneguillas, Zacatecas, Fabiola Quiroz Zárate; el 24, policías federales emboscaron una camioneta en Morelos en la que viajaban presuntos agentes de la CIA de Estados Unidos y un marino mexicano, sin que hasta el...

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