Gabriela De la Paz / ¿Política exterior feminista?

AutorGabriela De la Paz

Quizá habíamos pasado por alto que en enero de este año la Secretaría de Relaciones Exteriores anunció que llevará a cabo una "política exterior feminista". Esto quiere decir que un Gobierno se compromete a implementar políticas más allá del fin de la discriminación de género.

Es decir, fortalecer los derechos de las mujeres y las niñas, destinar más recursos para contribuir a su desarrollo, buscar que tengan representación en los programas que implementarán y enfocarse en cambiar las estructuras que impiden su progreso, darles más visibilidad a ellas, sus ideas y sus necesidades, de acuerdo con sus condiciones de vida.

Con ello, México se sumaría a países como Suecia o Canadá, que ya han hecho algo similar.

Suecia tuvo la idea antes que nadie, en 2014, y en 2015 cuando Justin Trudeau llegó al poder en Canadá, nombró un Gabinete paritario y plural, se declaró feminista y prometió seguir una política exterior basada en el feminismo.

Pero para el Gobierno mexicano llevar una política exterior feminista será complicado, pues no basta con declaraciones bonitas, sino que tiene que haber congruencia con las políticas que se implementan en el País.

En este contexto, el 21 de noviembre de 2019 el Inegi publicó que "de los 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el País, 66.1 por ciento (30.7 millones) ha enfrentado violencia de cualquier tipo y cualquier agresor, alguna vez en su vida". También, que todos los días mueren 10 mujeres por agresiones intencionales.

La situación se ha agravado con el confinamiento por el coronavirus. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indicó que hubo un 20 por ciento más de denuncias en marzo en comparación con el mes anterior.

Sin embargo, el 15 de mayo AMLO afirmó -sin ofrecer pruebas- que el 90 por ciento de las llamadas al 911 relacionadas con la violencia doméstica son falsas.

Ayer, la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, insistió en dar prioridad a las denuncias de violencia doméstica, reconociendo que ha habido un incremento en la violencia contra la mujer y que hasta ahora no se ha hecho lo suficiente.

Si al Gobierno realmente le interesa implementar una política exterior feminista, puede voltear a ver la del Gobierno canadiense, que se traduce en "incorporar una perspectiva de género en temas económicos y de comercio".

El equipo canadiense estaba liderado por una mujer, Chrystia Freeland, que ya obligaba a tomar en cuenta el punto de vista...

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