Gabriela De la Paz / Estudiando por un sueño

AutorGabriela De la Paz

Los hijos, cuando son pequeños, no son responsables de los actos de sus padres. Todo lo contrario, los padres son responsables por sus hijos: deben formarlos y tomar algunas decisiones por ellos, como decidir dónde vivir, a qué escuela acudir y otras cuestiones. A medida que los hijos crecen y van formando un criterio propio se hacen conscientes y responsables de sus acciones. Se supone que así es, ¿no?

Sin embargo, las cosas no siempre son tan claras para muchos. En el caso de los menores de edad a quienes sus padres trasladaron a Estados Unidos buscando un futuro mejor, se trata de establecer una diferencia entre quienes tomaron la decisión de llevarlos a ese país sin consultarlos (los papás u otros adultos) y quienes estando allá han cumplido con las expectativas puestas en ellos y se han dedicado a estudiar, trabajar o se han enlistado en el Ejército.

Esto es, los cientos de miles de jóvenes que buscan una residencia permanente a través de la DREAM Act o ley de Desarrollo, Apoyo y Educación para Extranjeros Menores. El acrónimo forma la palabra "sueño" en inglés, a manera de recordatorio que la ley está dirigida a personas que quieren realizar el sueño americano.

Éstos serían los jóvenes que ingresaron a Estados Unidos antes de cumplir los 16 años, que al momento que se apruebe la ley tengan entre 12 y 30 años, que puedan comprobar una residencia continua de al menos cinco años, se hayan graduado de la preparatoria, estén admitidos en una universidad, o hayan obtenido un certificado general de educación, se hayan presentado para servicio militar y sean de "buen carácter moral".

La DREAM Act fue presentada por primera vez en el Congreso en agosto de 2001, pero los acontecimientos del 11 de septiembre y el renovado vínculo entre seguridad nacional y migración la hicieron a un lado. Una vez que se calmaron las aguas, la iniciativa DREAM volvió a ser discutida en los plenos del Senado y la Cámara de Representantes, pero fracasó en lograr el número mínimo de votos para su aprobación en diciembre pasado. La defensa de la ley que entonces hicieron los funcionarios del Gobierno de Obama fue muy débil, pero parece que han aprendido la lección en vísperas de un duro año electoral.

Cabe señalar que, en Estados Unidos, para que una ley pase, se deben discutir sus pros y sus contras en audiencias fijadas por el Congreso. En ellas se presentan expertos ajenos al Gobierno, los secretarios de los departamentos que...

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