Gabriela De la Paz / La elección más importante

AutorGabriela De la Paz

La mayoría de las conversaciones rondan en torno a la elección del nuevo Presidente de México. Nos inundan los correos, los memes y los mensajes por redes sociales criticando a uno u otro candidato.

Ante el inminente triunfo de Andrés Manuel López Obrador, porque así parece señalarlo casi toda encuesta, la gente se prepara como puede: los empresarios invitando a sus empleados a no votar por AMLO ("razonar el voto", le llaman), los amigos en redes sociales señalando que esto será una catástrofe, entre otros.

Pocos se ponen a ver los hechos, a estudiar las propuestas, más allá de la frase que tal o cual persona haya dicho en algún debate u otro foro público. ¿Y cómo lo va a hacer? ¿Quiénes van a participar en eso? ¿Cuánto va a costar? ¿Cuáles eran las otras opciones y por qué no se siguieron? Estas preguntas se quedan en el aire.

La tradición del presidencialismo nos gana. Nuestra República federal está compuesta por tres Poderes que deben mantener un equilibrio. Aunque no votamos por los y las jueces de la Suprema Corte de Justicia, sí elegimos a quienes tienen un lugar tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Sin embargo, no hablamos de ellos.

¿Quién está buscando su voto para representarle en el Congreso estatal? ¿Quién quiere ir a hablar por usted en el Congreso de la Unión? ¿Quién quiere vigilar por sus intereses en el Senado? ¿Qué espera usted de todos ellos? Y lo más importante: ¿qué está dispuesto a hacer para que, quien gane, realmente vote en esos órganos legislativos como usted quiere?

La mayoría de quienes están buscando nuestros votos provienen de partidos políticos que han hecho reforma tras reforma para dejar todo igual.

Es decir, pese a que el PRI ha perdido la mayoría en el Congreso de la Unión y estuvo fuera de Los Pinos por dos sexenios, no hay cambios. No han construido nada nuevo ni hecho un corte de caja donde se deje fuera a los corruptos.

Por eso hay un descrédito de los políticos y los partidos que envicia el ambiente y nos hace sentir que no hay nada más que hacer y va creando un abismo entre la sociedad agraviada y la clase política.

Pensamos que las candidaturas independientes eran la solución, pero ya vimos que ahí también se cuecen habas que huelen a estiércol. Aún así, hay esperanza.

Lo vimos en Jalisco con Pedro Kumamoto, de Wikipolítica, una organización...

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