Gabriela de la Paz/ Amnistía para paisanos

AutorGabriela de la Paz

La propuesta para regularizar la situación migratoria de tres millones de mexicanos indocumentados que viven en Estados Unidos parecería ser un indicio de que la relación entre México y su vecino país va por buen rumbo. Este ha sido un tema tratado por los presidentes de ambos países.

Sin embargo, tiene más relación con las elecciones estadounidenses de medio término en el 2002 y el afán de retomar el Congreso, que con la amistad de George W. Bush y Vicente Fox.

Hay que recordar que en las elecciones de noviembre de 2000 los republicanos pasaron de 223 a 221 escaños en la Casa de Representantes; mientras que en el Senado perdieron cuatro asientos, para llegar a una situación 50/50 inédita en la historia de Estados Unidos. Cabe señalar también que la deserción del Senador Jim Jeffords del partido republicano otorgó el control del Senado a los demócratas.

Por su parte, la victoria del actual Presidente tuvo mucho más que ver con las inclinaciones partidistas de los nueve jueces de la Suprema Corte de Justicia que con los votos de los estadounidenses. La decisión que impedía continuar con el conteo de votos en varios condados de Florida permitió que George W. Bush fuera declarado vencedor en este estado y con ello pudiera completar los 270 votos electorales mínimos para acceder a la presidencia.

En las elecciones del 2000 se confirmaron los estereotipos de la política estadounidense sobre el perfil de los votantes demócratas y republicanos, y no podemos olvidar que Bush ha sido el presidente estadounidense electo con el menor número de votos de la población africano-americana. También, que perdió en los estados de las costas, mismos que tienen el mayor número de habitantes.

Como antecedente de esta amnistía a los indocumentados está la famosa ley Simpson-Rodino de 1986, que regularizaba la situación legal de cerca de 3 millones de inmigrantes ilegales, la mayoría de origen mexicano. La intención supuestamente era frenar el flujo de inmigrantes indocumentados a Estados Unidos, la cual fracasó, pero tuvo otro efecto distinto en las elecciones de 1988.

De acuerdo con un estudio de 1997 sobre la demanda de trabajadores mexicanos emigrados realizado por el Dr. Wayne Cornelius, director del Centro de Estudios de Inmigración de la Universidad de California en San Diego, la ley Simpson-Rodino fracasó en su intento de detener la migración de indocumentados debido a que es difícil probar que los patrones contratan a inmigrantes ilegales.

De 4 millones...

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