Gabriel Zaid / Vaivenes del dólar

AutorGabriel Zaid

El dólar con respecto al Peso tuvo una serie de alzas alarmantes y, cuando se esperaba lo peor, empezó a bajar. Parece inexplicable, pero no lo es.

El retorno del PRI empezó con el dólar a 13 pesos. Un año después no había subido más que 2 por ciento.

En cada uno de los años siguientes subió 12 por ciento (2014), 17 por ciento (2015) y 20 por ciento (2016).

El salto del 12 por ciento no puede atribuirse a Donald Trump, que anunció su precandidatura en junio del 2015.

Tampoco el de 17 por ciento, a pesar de sus pronunciamientos antimexicanos, porque entonces parecía imposible que llegara a la Presidencia.

La escalada parece más bien reflejar el desencanto con Enrique Peña Nieto. En febrero del 2013 tenía una aprobación del 56 por ciento y cuatro años después del 19 por ciento (El Universal).

El dólar afecta dos mercados mexicanos: los ahorros y el comercio exterior.

Los ahorros son "golondrinos": se mueven con facilidad de un país a otro que les pague un poquito más.

El Banco de México sube las tasas de interés para que no se vayan. Con renuencia, porque eso perjudica los proyectos de inversión y el crecimiento.

Un poquito más arruina los proyectos de bajo rendimiento. Un poquito menos desanima a los ahorradores, que pueden llevar su dinero a otro país o gastárselo, en vez de ahorrar.

Las inversiones y desinversiones puramente financieras son rápidas (a veces hechas automáticamente por computadoras).

Las inversiones físicas toman meses o años de construcción, no permiten desinvertir y, para ser productivas, requieren que los locales construidos o los productos de la nueva fábrica tengan demanda.

Abundan los elefantes blancos: construcciones y fábricas que no producen por falta de mercado.

Bajar demasiado las tasas de interés favorece la "inversión" en elefantes blancos y la fuga de capitales golondrinos. Subirlas demasiado frena la economía: se ahorra más, se invierte físicamente menos y se desanima a los consumidores que compran en abonos.

En el mercado internacional, los precios mexicanos reflejan tanto el precio interno como el precio de dólar. El mismo cuarto de hotel para un turista extranjero cuesta más o menos según a cómo esté el dólar, aunque en pesos cueste lo mismo.

El nivel general de precios internos no tiene vaivenes: sube y casi nunca baja. Si la inflación es la misma en ambos países, no afecta el comercio internacional.

Pero si es del 2 por ciento en Estados Unidos y de 4 por ciento en México, la diferencia se acumula en unos...

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