Gabriel Zaid / Responsables del sexenio

AutorGabriel Zaid

Nunca han faltado políticos millonarios que se niegan a publicar su patrimonio, pero no a cobrar, y bien. La primera decepción del sexenio fue que esto no cambió, y hasta se inventó la novedad de cobrar antes de tomar posesión. Como si fuera poco, los anticipados no desquitaron el sueldo. Tardaron mucho en definir el gabinete y sus prioridades; y, a pesar del tiempo que se tomaron, lo hicieron mal.

Hay avances importantes en el sexenio, pero se quedan cortos ante las decepciones. ¿Quiénes son los principales responsables? En primer lugar, Vicente Fox. Respondió al deseo de milagros con promesas a diestra y a siniestra, como si bastara con buenas intenciones. No se dio cuenta de que para gobernar el País tenía que gobernar su gabinete, empezando por gobernar Los Pinos. Empezando por gobernar sus palabras y sus actos simbólicos. Empezando por gobernar los nombramientos.

No equivocarse es imposible, pero nada obliga a casarse con el error. Francisco Gil debió ser despedido desde que empezó con la tontería política de cobrar el IVA en los alimentos. Marta Sahagún debió ser despedida desde que se apoderó del micrófono como vocera presidencial. Pedro Cerisola debió ser despedido desde que expropió terrenos de Atenco para el aeropuerto, a un precio que era un robo. Javier Usabiaga debió ser despedido desde que expropió (y mal) los ingenios. Jorge Castañeda debió ser despedido después del "Comes y te vas". Santiago Creel debió ser despedido desde que estuvo claro que no podía con la grilla de Los Pinos, el gabinete, los partidos y los gobernadores. Etcétera.

El segundo principal responsable ha sido Francisco Gil, quien empezó a actuar como una especie de Presidente económico, desastrosamente. En su larga carrera, siempre tuvo jefes que lo frenaran; y, cuando pudo actuar sin freno, subió hasta su nivel de incompetencia. Lo del IVA fue destructivo para todo el sexenio. Demostró aparatosamente que la popularidad no es un cheque en blanco, y exhibió la ingenuidad de los Presidentes Fox y Gil. En Japón, cuando se introdujo el IVA, no se hicieron excepciones para los alimentos; y, aunque la tasa general fue del 3 por ciento, cayó el gobierno. Años después, cuando se atrevieron a subirla al 5 or ciento, volvió a caer el gobierno. Prudentemente, la han dejado ahí.

No es la única responsabilidad de Gil. El contrabando (que no paga IVA, aranceles ni impuesto sobre la renta) es costosísimo para las finanzas públicas, la...

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