Gabriel Zaid / La prueba del siglo

AutorGabriel Zaid

El 5 de febrero de 2017, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos cumplirá un siglo. No le ha ido muy bien.

En primer lugar, porque ha tenido pocos lectores. Aunque ha circulado en grandes tirajes. Aunque todos los ciudadanos saben de su importancia. Aunque el texto vigente está gratuitamente en la web (www.diputados.gob.mx).

Muchos abogados pueden recitar de memoria algunos artículos. Pero, ¿cuántos ciudadanos han leído el texto completo? Pocos. Ojalá que alguna encuesta, de las que ahora abundan, lo pregunte.

En segundo lugar, porque el imperio de la ley en México es un tanto simbólico. Abundan los bandidos sueltos y los caciques estables cuya voluntad es ley, al margen o en contra de lo que mande la Constitución. Muchos gobernantes y funcionarios que juraron cumplir y hacer cumplir la ley, juraron en vano y actúan impunemente como dueños privados de los poderes públicos.

Un detalle revelador es la frecuencia con que proponen cambiar la ley, hasta con buenas intenciones y buenos argumentos. Lo cual implica verse por encima de la ley: haciéndola, rehaciéndola, mejorándola, una y otra vez, como si la ley estuviera sujeta a su voluntad, no ellos a la ley.

En tercer lugar, porque la Constitución no ha tenido estabilidad. De sus 136 artículos, 120 han sufrido una o varias reformas, adiciones, derogaciones parciales o modificaciones en la reimpresión del Diario Oficial desde 1917. Como si el proceso constituyente continuara. Como si el pacto político fundamental no acabara nunca de pactarse, aunque fueron muriendo sucesivas generaciones de legisladores. Como si el País no estuviera constituido. Caso extremo: el Artículo 73 (sobre las facultades del Congreso) ha tenido 76 reformas desde 1921, sin contar cuatro ajustes mediante "fe de erratas" desde 1917.

Y, sin embargo, de los países miembros de las Naciones Unidas, pocos acumulan mayor antigüedad que México en la transmisión pacífica del poder. ¿Cómo explicar esa estabilidad histórica con una Constitución inestable? Esencialmente, por un problema literario. Hay una confusión de tres géneros distintos: la Constitución, las leyes y los reglamentos. El texto de la Constitución se vuelve poco respetado a fuerza de entronizar ahí disposiciones secundarias, y hasta detalles reglamentarios, para que parezcan importantes.

En el sitio web del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (www.juridicas.unam.mx) puede leerse el texto de la Constitución vigente, con las fechas de la...

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