Gabriel Zaid / Abuso de menores

AutorGabriel Zaid

La Wikipedia ("Ombudsman de los niños") describe los servicios públicos en defensa del menor que hay en muchos países. No habla de México, quizá porque el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) es de creación reciente.

La sociedad civil se adelantó con obras asistenciales. En 1941, se fundó A Favor del Niño, I.A.P. En 1945, Hospital Shriners para Niños, A.C. En 1946, Casa Cuna Hogar Nazareth, A.C. Y docenas más, algunas especializadas, por ejemplo: en niños de la calle o niños desaparecidos.

La desgracia de los niños es que son de un tamaño perfecto para los valientes. La violencia puede ir del vejamen verbal al homicidio, pasando por la discriminación, el acoso, la exhibición digital, la explotación laboral, la mendicidad forzada, los golpes, la privación de la libertad, la violación, la trata y la prostitución.

Según la Organización Mundial de la Salud (30 de septiembre del 2016), el 20 por ciento de las mujeres y el 8 por ciento de los hombres dicen haber sufrido maltrato infantil.

En México, según la Secretaría de Salud (Subsistema estadístico de lesiones y violencia), hubo 200 mil 723 egresos hospitalarios por lesiones a menores de 18 años en el 2016. Según el Informe anual México 2018 de Unicef, el 60 por ciento de los menores de 15 años recibe agresiones en la escuela, la calle o el hogar.

El abuso requiere la confianza del niño en una autoridad que lo traiciona: padres, parientes, amigos y empleados de la familia; maestros, médicos, sacerdotes, entrenadores deportivos. Es abominable, y lo más abominable de todo es el encubrimiento, que aprovecha el miedo, la vergüenza y la impotencia de la víctima para imponerle silencio y "evitar el escándalo". Como si el escándalo no fuera el abuso mismo, la impunidad y el encubrimiento.

El colmo es acusar a las víctimas, como se hace desde los tiempos bíblicos. Lot no es culpable del incesto con sus hijas: ellas lo emborracharon para acostarse con él (Génesis 19:30-35). En años recientes, se atribuyen juicios semejantes a clérigos destacados: "La pederastia también es culpa de los niños". "Hay menores que consienten, desean e incluso provocan el abuso". Esto vuelve siniestro el dicho de Jesús: "Dejad que los niños se acerquen a mí" (Lucas 18:16).

Freud tuvo pacientes histéricas que le hablaban de haber sufrido abusos sexuales de su padre, y pensó que esa traumática experiencia era una causa de su histeria. A sus colegas les pareció descabellado. ¿Padres...

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