Gabriel Guerra Castellanos / Palabras de goma...

AutorGabriel Guerra Castellanos

Si usted está tan confundido como yo por la bizarra discusión que se ha generado en torno a este tema, no se preocupe: no estamos solos. Para empezar, existe un error de traducción -o de interpretación-, ya que el armamento en cuestión no es el que tradicionalmente se conoce como balas de goma. Estas son utilizadas, por ejemplo, por el Ejército israelí para repeler manifestaciones palestinas, y con frecuencia causan la muerte cuando hacen impacto en un órgano vital, ya que no son más que balas comunes y corrientes forradas de caucho.

Para poner las cosas en contexto, las que utiliza la Patrulla Fronteriza son más parecidas a las de un juego enormemente popular en Estados Unidos, y cada vez más conocido en México: el Paintball o Gotcha, en el que los contrincantes se disparan proyectiles blandos rellenos de pintura, sólo que en el caso que nos ocupa están rellenas de una sustancia química irritante.

Así que si usted, como yo, pensaba que las balas de goma eran balas, estaba en un error.

Otra equivocación fue pensar que éste era un asunto reciente, siendo que en realidad data de hace tres años, cuando autoridades mexicanas y estadounidenses negociaron promover el uso de armas no letales en la frontera, después de numerosos incidentes trágicos en que agentes fronterizos dispararon con armas de fuego contra migrantes mexicanos.

Estos actos, violatorios de los derechos humanos y en algunos casos francamente criminales, sí que eran motivo de escándalo: para repeler una agresión a pedradas de los migrantes se respondía con armas de fuego. Hubo incluso en los 80 un caso de un adolescente que fue baleado y muerto mientras lanzaba piedras desde el lado mexicano de la frontera.

Sorpresivamente, algo no fluyó en la comunicación interna del Gobierno federal, y en un acto de olvido o de ignorancia, el Secretario de Gobernación (cuyo subalterno había firmado y celebrado el acuerdo en 2001) salió a denunciarlo y a defender a los migrantes mexicanos de este nuevo abuso. Será, dijo Creel, "a través de nuestros representantes diplomáticos como expresaremos nuestra reprobación...".

Fue entonces cuando nuestros representantes diplomáticos repararon en que esto era algo que el mismo Gobierno mexicano había solicitado, promovido y festejado en su momento, y ante el clamor en defensa de nuestros compatriotas (al que se sumaron políticos de todos colores, reacios a quedarse atrás del hombre de Bucareli)... no supieron qué hacer.

Al día siguiente, la Secretaría de...

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