El futuro es eléctrico

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Nadie había visto algo similar. Era 2011, y el Autoshow de Frankfurt recibía a un vehículo conceptual que revelaba un futuro con superautos impulsados por electricidad y gasolina.

El BMW i8, todavía un prototipo de híbrido, llegaba para revolucionar a la industria automotriz al revelar que el alto desempeño era compatible con la eficiencia.

Nueve años después, el segmento de deportivos electrificados se encuentra en un momento de "alto voltaje" con vehículos capaces de ir de 0 a 100 kilómetros por hora en alrededor de 2 segundos y autonomías de hasta 800 kilómetros.

Y todo apunta a que este mercado seguirá a la alta; mientras que en 2019 tuvo un valor de 83 mil millones de dólares, se proyecta que para 2025 llegue a los 232 mil millones, de acuerdo con cifras de la consultora Research and Markets.

BMW dejó de producir el i8 en junio, cuando sus últimas 18 unidades salieron de la planta de Leipzig. La compañía concentrará sus esfuerzos de electrificación en otros vehículos.

Su mérito no son sólo las 20 mil unidades vendidas a lo largo de 6 años de comercialización, sino la herencia de que, después del i8, el futuro de los deportivos lucía electrificante.

EQS

Este concepto, llamado Vision EQS, fue la primera inspiración de la marca para crear un Clase S eléctrico que se llamará EQS. Aunque aún no conocemos su apariencia final, sabemos que el auto que llegue a producción...

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