Frutos del desierto: Te hacen 'agua' la boca

AutorJulieta Rodríguez

Quien pudiera pensar que las tierras áridas no proporcionan alimentos, sólo tiene que saborear los cabuches, los nopales, las tunas, la flor de palma, el orégano y otros alimentos más para darse cuenta de esa riqueza alimenticia muy particular.

La variedad de flora que existe en el Estado está basada en alrededor de dos mil 400 especies, como resultado de esa diversidad ecológica que ha permitido a los pobladores usar en forma tradicional las plantas, tanto en el aspecto gastronómico como nutrimental.

Desde el punto de vista botánico, las cactáceas son las que muestran más especies alimentarias, pues de ahí surgen la biznaga, el aguamiel, los cabuches, los nopales, las tunas y el mezcal.

Dentro del grupo de plantas carnosas típicas de estas regiones desérticas destacan las biznagas, las pitayas y los nopales, especies que son muy arraigadas como alimento.

Entre las especies de agavacias, que son tres variedades de magueyes, tradicionalmente se obtiene una bebida destilada, que es el mezcal, o bien, el aguamiel.

Otra variedad de plantas son las clasificadas como leguminosas, que muestran dos especies: los mezquites y las maguacatas, cuyos frutos y semillas los consumen los habitantes rurales.

Está también las palmas yucas del desierto que, con su flor de palma, forman parte de la dieta de los pobladores en época de Cuaresma.

Toda esta variedad de plantas es un ejemplo claro que indica el potencial alimentario que representa la flora nativa de estas regiones desérticas, por lo que es importante mencionar que, además de aprovecharse como alimento, también sobresalen por su calidad nutrimental.

La ventaja de estos productos es que se pueden preparar de diferentes maneras, ya sea en guisos, al natural, en conservas con vinagre o deshidratados.

Así la flor de la biznaga, que es el cabuche, se puede conservar en salmuera para después disfrutarse todo el año, o se puede preparar al tequila o guisada con pico de gallo y huevo.

En cuanto a la flor de palma o los nopalitos, son utilizados guisados con salsa de chile cascabel y ancho, o también añadidos en ensaladas, sólo cocidos al vapor.

En cuanto a la biznaga, de ésta se aprovecha su fruto para prepararla en dulce, que desde una noche anterior se pone a macerar en suficiente agua con cal, para luego cristalizarla en agua con azúcar. Este dulce también se aprovecha para hacer la capirotada en temporada de Cuaresma, imprimiéndole a este postre un estilo muy norteño.

Información proporcionada por Glafiro J. Alanís Flores, del Departamento de Ecología de la...

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