Froylán M. López Narváez / El ojo cuadrado

AutorFroylán M. López Narváez

Se han de haber quedado hechos unos perplejos en la Presidencia de la República al procederse con captura y enchiqueramiento, o arraigo, del probable agente o espía de alguno de los cárteles mexicanos serviles de las mafias grandes, proveedores de tóxicos para adultos y jóvenes y niños que quieren encontrarse o perderse en intoxicaciones y mareos, alucinaciones y goces efímeros y malignos a la postre.

Obsequiada con una orden de arraigo en contra del ex director de Coordinación de Giras del Presidente Vicente Fox, Nahum Acosta Lugo, la Procuraduría General sostiene que hay indicios macizos para inculpar al norteño traidor a sus amigos y recomendadores, según las inculpaciones conocidas. Cateadas sus propiedades -la burocracia alta permite enormes haberes-, en una se encontró documentación e instrumentos que permiten imputarle relaciones y negocios con el narcotráfico tan lucrativo y maldito.

Sin solución de continuidad prosiguen los dislates y las contradicciones federales. El Presidente tuvo que apechugar y admitió que el crimen (muy) organizado llegó hasta el nivel de la Presidencia. Contumaz en sus desplantes, Fox alardeó: "Que tengan muy claro que no vamos a aceptar de ninguna manera que progrese el narcotráfico; todo lo contrario, vamos a dar la madre de todas las batallas".

Después de una reunión de emergencia del gabinete de seguridad -Clemente Vega, de la Defensa; Marco Antonio Peyrot, de la marinería; el amigo histórico de varios empleos, Martín Huerta, y el Procurador general, Rafael Macedo-, este último se ocupó más bien de dar seguridades de la protección de Fox y de sus familiares. El funcionario guanajuatense está seguro, bien protegido, es más, su seguridad está garantizada. Lo cual es una pretensión que difícilmente puede propiciar certidumbres. Si les dieron a los Kennedy, a Reagan, a Juan Pablo II, a Olof Palme y a tantos otros eminentes de la política, lo mismo en Europa que en Israel, doquiera, la aseguranza es un buen deseo plausible pero no una certidumbre cabal. Así sea, para él y para otros, en todo caso.

Macedo de la Concha ha afirmado que se actuó con oportunidad y que no se va a permitir ni desafío ni retos. Pero con las constantes matanzas en el norte del País, principalmente, fugas y homicidios en las mismas cárceles, la afirmación del militar no se admite. Mucho menos si se sabe del incremento del narcomenudeo y de la ansiosa demanda norteamericana. Tienen más recursos, ahora, pero muchos más y hasta armamentos...

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