FRICASÉ / Vestida de seda

AutorEl Abogado del Pueblo

Dice el dicho que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

Este dicho trae a la mente una anécdota del amplísimo historial de nuestro México Mágico.

Siendo Secretario de Hacienda, prestigiado y reconocido, don Antonio Ortiz Mena todos los días atravesaba el Zócalo rumbo a su despacho topándose en el trayecto con un limpiabotas que al verlo pasar, siempre, sin falta, se descubría la cabeza y le decía "¡Buenos días, señor Secretario!".

Termina el sexenio (hace muchos lustros, por supuesto), don Antonio deja la Secretaría, y tiempo después cuando un mandado lo llevó por el rumbo del Palacio Nacional recordó al limpiabotas y se dijo a sí mismo: "Voy a pasar a saludar a este señor que siempre fue tan atento conmigo".

Retraza don Antonio sus pasos de antaño y, efectivamente, en el mismo lugar de siempre estaba el limpiabotas. Pasa don Antonio por su lado y éste ni chista.

Extrañado, regresa con él don Antonio y le dice: "¡Que pasó, amigo! ¿Por qué ya no me saluda?, ¿estoy muy cambiado y ya no me reconoce?".

Éste le responde: "¡Absolutamente nada ha cambiado, señor, yo siempre a diario le sigo dando los 'buenos días' al señor Secretario de Hacienda".

La moraleja, pues, es que en la política frecuentemente es el puesto el que hace al hombre, y es usualmente la causa por la que se le da un trato reverencial Y PREFERENCIAL, mismo que desaparece tan pronto como se separan el hombre y el nombramiento.

Debe cuidarse, por lo tanto, en el servicio público que la conducta de un funcionario no se aparte de la de un caballero honorable y que el cargo RESPETE siempre al hombre: AL QUE LO OSTENTA TANTO COMO A QUIENES LO RODEAN.

Un mal ejemplo de mala conducta en este sentido resulta ser, por supuesto, el Presidente norteamericano, Donald Trump, quien aprovecha su púlpito presidencial para denostar, agredir e insultar a quienes disienten de él, o a quienes considera sus enemigos.

No se piense que Trump es el primer Presidente norteamericano en recurrir a lo que se le conoce como el "bully pulpit" (púlpito para bulear): los historiadores le atribuyen al Presidente Teddy Roosevelt haber iniciado, desarrollado y perfeccionado esta práctica.

Misma que requiere para incrementar su efectividad el contar con medios incondicionales que le hacen eco a las agresiones.

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR