FRICASÉ / Ya vamos tarde

AutorEl Abogado del Pueblo

Basta con que un ciudadano no esté seguro para concluir que nadie está seguro.

Como ustedes bien saben, estimados lectores, Fuerza Civil fue creada por la iniciativa privada (con anuencia del Gobierno estatal) para contener una ola de violencia que en el 2012 amenazaba la paz de nuestro Estado.

La IP aportó su "know how" y considerables recursos para crear una Policía IMPOLUTA, desde los cimientos, integrada por elementos que fueron sometidos a pruebas de control, exámenes psicométricos y un entrenamiento estricto basado en lineamientos internacionales.

Tan funcionó bien el experimento que ha servido de modelo en otros Estados. Fuerza Civil logró revertir los índices delictivos en Nuevo León e hizo grandes aportaciones a la paz social.

Lamentablemente, a partir del 2016, con la entrada de un nuevo Gobierno, el presupuesto de la corporación fue restringido, los altos mandos fueron removidos y la participación de la IP en su funcionamiento fue reducido a tal grado que esta antes ejemplar organización policiaca ha caído en un marasmo de corrupción e incompetencia alarmante, de tal suerte que es hoy tan inútil como fueron las Policías Ministeriales en el 2012 cuando Nuevo León vivió momentos muy oscuros de inseguridad y alteración del orden público.

Cierto que este fenómeno aqueja a todo México, pues nuestro País ha registrado en los últimos tres meses números inusitados de homicidios dolosos.

Sólo que, precisamente, la creación de Fuerza Civil fue una respuesta LOCAL a un problema nacional, misma que funcionó y funcionó muy bien.

Por ello, alarma y preocupa que el modelo de Fuerza Civil haya sido desvirtuado por elementos CORRUPTOS y que este organismo se vea hoy en la mira de la opinión pública por la delictiva actuación de cuando menos DOS de sus miembros y tres de la ex Dirección General de Investigaciones, acusados hoy de chantaje y robo, y que pudieron haber participado en un homicidio.

Por un lado habrá que felicitar al Secretario de Seguridad local, Aldo Fasci, por tener el pundonor de reconocer las fallas de este organismo y de hacer un esfuerzo visible (enjuiciándolos) por meter orden donde antes había, pero que por diversas circunstancias se perdió.

(Entre ellas...

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