FRICASÉ / Cae otro mito

AutorEl Abogado del Pueblo

Nos parece importante, a propósito del Bicentenario, que conozcamos "la verdadera historia", por ello resulta muy comendable que algunos autores hayan realizado esfuerzos por acabar con los mitos que nos alimentan como Historia hablando de lo que no hablan nuestros libros de historia.

Mas dejemos a los historiadores esa importante labor, desmitificadora, mientras aclaramos que si acaso introducimos hoy este tema a la charla con ustedes, amigos, es porque hay "mitos modernos" que están rodando y no a manos de los historiadores, sino arrollados por los hechos de la vida cotidiana.

Por ejemplo, durante décadas hemos escuchado que el empresariado mexicano es de "clase mundial" y que nuestros hombres de negocios son muy cuerdas, y que se las saben de todas, todas; y que les dan "veinte y las malas" a los empresarios del resto del mundo, etcétera.

Todo indica que nos acabó pasando lo mismo que a los ARGENTINOS, y que somos leyenda sólo en nuestra propia mente.

Poderosamente nos llamó la atención que en el más reciente estudio/encuesta del Foro Económico Mundial sobre competitividad, no sólo el Gobierno mexicano salió por los suelos en cuanto a este rubro se refiere, sino que también nuestra Privada de Iniciativa... ¡eh!, perdón, Iniciativa Privada.

Como ya ustedes saben, México cayó en competitividad este año una vez más y, del 60 en que estábamos en 2008, ya vamos en el 2010 en el lugar 66 de 139 países que fueron evaluados.

Para nadie es un secreto que nuestro sistema de Gobierno deja mucho que desear y que éste lleva décadas arrojando malos resultados: en educación, en seguridad, en legalidad, en impulso a la actividad económica, en tramitología burocrática, en el combate a los monopolios y oligopolios que impiden la competencia, etcétera.

Esta caída, por tanto, no es sorpresa: lo que es sorpresa es lo MAL librados que salen los empresarios mexicanos.

Fíjense ustedes: este análisis del Foro Económico Mundial detecta que en México la ÉTICA CORPORATIVA deja mucho que desear, y comparativamente nos colocan en el ranking 93, o sea, ni siquiera medianamente faltos de ética, sino que ya casi ¡en los linderos de la deshonestidad!

Peor aún: en el ranking de la eficacia de los Consejos de Administración de las empresas, que son los órganos de gobernanza empresarial -sumamente importantes sobre todo en las empresas que cotizan en Bolsa-, andamos en el lugar ¡CIENTO DOCE! (leyeron bien: 112).

¡Súmete, Concha, en la arena!

O sea que la percepción global...

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