FRICASÉ / 'Con esos amigos...'

AutorEl Abogado del Pueblo

Ya se habrán dado cuenta, lectores, que de una estocada fulminante el hombre color naranja con acentos amarillos MATÓ de facto ya el Tratado de Libre Comercio o NAFTA.

Muy méndigamente, y aprovechando la vieja táctica de "divide y vencerás", Donald Trump le habla al joven Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau (hijo, por cierto de Pierre Trudeau, legendario político canadiense y Don Juan profesional) y le dice: "Contigo no hay bronca, no te preocupes, a quien me quiero fregar realmente es a México".

Nada menso, Trudeau ya mandó señales diciendo "lo siento, pero este tango lo bailas solo, México".

O sea que con esos "amigos", ¿para qué queremos enemigos?

Al separarse Canadá de México en la dizque renegociación del NAFTA se acaba el acuerdo tripartito que existía, pues ya sólo hay dos integrantes, y las diferencias de Trump con nosotros nos convierte en el becerro al que corta el capataz del hato para llevarlo al rastro.

Solanos nos hemos quedado, los canadienses -obviamente- no quieren comprar una bronca que no les toca, así que, para variar, México será el que paga los platos rotos del odio trumpiano y de la Trumpconomics, una versión del Monopoly, pero que se juega en el escenario económico global, no en un tablero.

¿Qué nos queda por hacer?

No hay otra más que abrirles la puerta a quienes Trump se las ha cerrado, principalmente los países incluidos en el Tratado Transpacífico, el cual canceló como si fuera una cita con el dentista, y especialmente con CHINA.

Económicamente hablando, China es un monstruo, de manera que suplir el comercio que Trump nos pretende quitar dentro de Estados Unidos, incrementando el que tenemos con China, sería una excelente manera de contrarrestar los golpes de la disolución del NAFTA.

Abrir un TLC con China logra dos cosas: una es darles acceso a los productos mexicanos al inmenso mercado chino, y dos, cerrándoselo de pasada a los productos norteamericanos.

Si Trump les impone impuestos leoninos a los autos fabricados en México para entrar a Estados Unidos, pues mejor mandarlos al insaciable mercado chino.

El proteccionismo es un arma de dos filos: cierto que protege a la industria nacional, pero también le resta toda posibilidad de accesar a los mercados externos.

En la era trumpiana, los Estamos Sumidos tendrían que autoconsumir todo... se nos antoja que, si así es, van a acabar atragantándose.

Ya que, como les decíamos, las medidas proteccionistas perjudicarán a los mismos norteamericanos, aunque no se...

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