FRICASÉ / El Abogado del Pueblo / La otra salud

No sólo aquí en Nuevo León, sino que en todas partes del mundo hay una creciente preocupación por "la otra salud", la salud mental, ya que el aislamiento y las prohibiciones para resguardarnos de una posible infección del Covid-19 están causando en la gente algo parecido a un trastorno por estrés postraumático (post-traumatic stress disorder o PTSD, por sus siglas en inglés).

Algunos de los síntomas son alteraciones de los patrones del sueño, inquietud, depresión, cansancio, falta de interés, inhabilidad para concentrarse, confusión y agresividad.

Si usted, amable lector, siente que padece alguno de estos síntomas consulte a su médico, no pierda el tiempo escribiéndonos, ya que nosotros escasamente calificamos para pasantes de veterinario.

En una ocasión la fuerza de la necesidad (larga historia) nos obligó a inyectar a un caballo, con el resultado de que lo dejamos parapléjico (temporalmente), luego un amigo que presenció el percance nos quería dar chamba de picador en una corrida a beneficencia diciéndose muy impresionado por nuestra forma de propinar "puyazos" (no era pa' tanto).

Pero bueno, el tema es que los médicos encargados de la salud, local y federalmente, se muestran muy, pero muy preocupados por la salud física de la población, pero no le prestan mayor importancia a la salud mental.

Misma que ha sufrido, sin duda, deterioro como secuela del confinamiento forzado -para algunos encarcelamiento- MÁS EL ESTRÉS causado por la penuria económica que ya se siente de manera muy marcada.

Ahora que preciso nos parece establecer que para eso del estrés no ayuda nada el hecho de que muchos ciudadanos que ya no sienten tanto lo duro, sino lo tupido enfrentan la furia de la implacable GESTAPO en la que pretenden convertir a nuestra Fuerza Civil, la cual emplean ahora a nivel local para clausurar negocios por "quítame estas pajas".

Lejos de alivianar la carga de preocupaciones que debe sobrellevar nuestra ciudadanía, las autoridades parecen empeñadas en complicarle más la existencia y no en ver cómo le aligera las cargas y las broncas.

Muchos conciudadanos afirman ya: "Está bien que no ayuden, pero mínimo que no estorben".

Nos parece muy mal que la autoridad emplee la fuerza pública para reprimir a quienes no se pliegan sumisos a sus decretos cancelatorios, en lugar de usarla para preservar la paz social, que es para lo que...

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