FRICASÉ / El Abogado del Pueblo / Duele, ¿verdad?

Allá en el Rancho Grande, allá donde vivía, solían decir: "Si no aguantas los coscorrones, aplaca con palmaditas".

Ello en referencia de que lo que das, recibes de vuelta.

Hemos los mexicanos observado que desde el púlpito presidencial el titular del Ejecutivo se refiere en tono y palabra de manera insultativa a cuanto ciudadano le pega en gana.

"Traidorzuelos", "liderzuelos", "fifís", "hipócritas", "corruptos", "conservadores", "soberbios", "avariciosos" y etcétera, son sólo algunas expresiones que le dedica a sus críticos el Presidente desde su investidura.

Seguros estamos que se siente con el derecho de hablar así y denostar a sus críticos, funcionarios que le renuncian, empresarios, periodistas, médicos, etc., y nunca se ha cuestionado a sí mismo si acaso este proceder es el conveniente para un Presidente que -en teoría- debería de gobernar para todos y a todos ofrecer respeto para, en turno, RECIBIR respeto.

Estuvo mal, y el propio ofensor lo reconoció y ofreció disculpas, que un cómico le colgara un apodo burlón al menor de los hijos del Presidente, Jesús Ernesto López Gutiérrez, hecho que desató una cadena de condenas y amenazas del Presidente y de su esposa que culminaron con tres renuncias en el organismo del Gobierno dedicado a evitar la discriminación.

El humorista Chumel Torres, quien tiene 2.7 millones de seguidores en Twitter, ha recibido por su ciberbullying al pequeño hijo del Presidente una tunda pareja, misma que le costó su chamba en HBO Latino.

El punto que queremos hacer hoy es el siguiente: si Chumel estuvo mal, TAMBIÉN está mal el Presidente por dar curso cotidianamente a una fuente inacabable de términos derogatorios lanzados -como Presidente- a quienes discrepan de la línea que marca.

Nos parece obvio que si el Presidente no pone el ejemplo de un trato respetuoso a sus conciudadanos, él mismo abre la puerta a que le paguen con la misma moneda, pues sea como sea duele.

Entonces que sirva este bochornoso caso de la semana pasada, que tanto enojó a la pareja presidencial, para que se coloque el Presidente del otro lado del púlpito e imagine qué se siente que el Presidente de un país, con investidura y todo, agreda, insulte y colme de epítetos a simples ciudadanos que, siendo congruentes con sus creencias, no están de acuerdo con la desastrosa política pública que...

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