FRICASÉ / El Abogado del Pueblo / Castigo al ahorro

La recaudación fiscal del Gobierno en lo que va (muuuy poco) de la 4T se desplomó un 19 por ciento.

Esto, principalmente porque PEMEX, la antes gallina de los huevos de oro, ya no los pone, pero también como reflejo de la atonía económica que nos abraza como penumbra fatídica.

¿De dónde recauda el Gobierno si los ciudadanos no tienen $?

En una gran medida la recaudación CAE, adicionalmente, porque nuestro sistema fiscal no funciona: está roto.

Es un sistema arcaico, totalmente punitivo, que carece en absoluto de incentivos para el cumplimiento, pero que por su complejidad e inequidad muy por el contrario fomenta el incumplimiento vía la informalidad.

Somos en México MUY POCOS los que pagamos impuestos, en consecuencia, y porque para la burocracia es lo más conveniente (y fácil) cargarles la mano a los pocos burros que cumplen fielmente, se ensañan con ellos de una manera por demás desconsiderada e intemperada.

Un ejemplo de cómo puede ser de majadero el fisco a la hora de apropiarse de los recursos generados por los ciudadanos es la recién anunciada propuesta de incremento en el impuesto, o retención, a las ganancias de los ahorros.

Leyeron bien, amigos lectores, hoy día el Supremo Politburó se siente con el derecho de quedarse con una porción (1.45 por ciento) de los intereses que devengan SUS ahorros.

Hasta el 2018 este impuesto era de apenas 0.46 por ciento (cuatro décimas de un 1 por ciento), para este año lo incrementaron al 1.04 por ciento y ahora para el 2020 nuestros legisladores -a petición del Ejecutivo- lo pretenden elevar de nuevo, a 1.45 por ciento.

Debemos tomar en cuenta que este incremento en la retención del rédito de los ahorros se da en un clima de intereses descendentes, de manera que la porción que retiene el Gobierno es cada vez proporcionalmente mayor al rendimiento que recibe el ahorrador.

O sea que no sólo TRABAJAN los mexicanos para el Gobierno, sino que ahora también los señores del nuevo Gobierno pretenden que los mexicanos AHORREMOS para ellos.

Este sistema leonino nomás no vuela.

Resulta totalmente injusto -y potencialmente perjudicial para la economía- que se CASTIGUE al ahorro de esta forma.

Un Peso ahorrado es un Peso ganado: para un obrero o asalariado, que ahorra para poder costear la educación superior de sus hijos en una buena universidad, el meterle impuestos a los ahorros es como recibir una tacleada por la espalda.

¿Qué clase de Gobierno es uno que en lugar de...

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