Los fresas del rock and roll

AutorDaniel de la Fuente

No es un garaje como en el que empezó su historia ni es 1964. Nadie trae el cabello largo, como se usaba entonces, ni ponen los cigarrillos entre las cuerdas de las guitarras.

Sin embargo, los integrantes de Los Reno van llegando con el mismo entusiasmo de todos los años a sus ensayos de los martes en casa de uno de ellos, Roberto Magallanes Pérez, quien los espera entre siete y ocho de la noche en su estudio.

"Antes lo primero que hacíamos era tener la hielera llena, pero como que se nos fue quitando eso", ríe el guitarrista.

Todos suelen ser puntuales, y quizá el que pudiera retrasarse por algún compromiso súbito en su cargo de director de Servicios Médicos en la Clínica Vitro sea Jesús Horacio González Treviño, neumólogo de barba entrecana y 57 años, quien llega en auto deportivo y saca su guitarra eléctrica de un estuche.

Para entonces ya estará Humberto Sandoval Rodríguez, vocalista del grupo, calentando la garganta, lo mismo que Gonzalo Rodríguez de León, en la batería, y Edelmiro Esparza Gutiérrez, en el bajo, silenciosos.

Sus ensayos han seguido un ritual por décadas.

Pese a que no se pueden despegar de sus profesiones, no dejan de tener presentes a las personas que se topan en sus conciertos, desde que editaron su primer disco en 1965.

"La gente mayor nos relaciona con otra época, ésa es la verdad; nos ven desde esos días en que fueron jóvenes, en que se enamoraron, en que empezaron a vivir", dice Humberto, de 60 años y hablar tímido.

"Muchos se enamoraron con las canciones", agrega Jesús.

"Nos dicen 'nos conocimos gracias a tal canción', 'él se me declaró con la canción tal'".

Edelmiro y Gonzalo, quienes andan por los 60, sonríen cada quien desde su posición: nada los hace más felices que sus canciones sean referencias íntimas. De allí que el público les llame "los chicos fresas del rock and roll".

"De eso se trata un grupo, ¿no? Que te conozcan, te quieran", agrega Jesús Horacio.

De eso se ha tratado perdurar tanto como ellos.

Humberto y Edelmiro son los viudos del grupo. Ambos tienen don de gentes, aunque en contraste con el primero, ingeniero civil, el bajista es muy delgado, de bigote pequeño, gafas grandes y voz bajita y agradable.

Él es arquitecto como Roberto, quien es divorciado, risueño y de voz grave.

Casado, Gonzalo ha sido profesor de música y ya está jubilado por el Seguro Social. Es moreno, de gafas grandes y de camisa abierta y maneras sencillas. Jesús también está casado.

Como en todas las historias de grupos de...

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