Francisco Javier González / Después de Beijing

AutorFrancisco Javier González

Qué difícil para Londres será organizar los Juegos Olímpicos después de lo visto en Beijing.

Aquí vimos al mejor nadador de la historia, al atleta mas rápido, las instalaciones más imaginarias hechas de concreto y luz. Presenciamos el clavado más perfecto, que además no fue de un chino sino de un australiano. Apreciamos la gimnasia mas impensada, la atleta sin una pierna que nadó diez kilómetros, el nadador que se sabe con cáncer y el atleta que no fue a los funerales de su padre porque quería dedicarle su actuación en Beijing.

Conocimos al medallista que por fin lo fue después de intentarlo en cinco ciclos Olímpicos anteriores. A un clavadista británico de 14 años de edad y a una delegación mexicana que honra a Pierre de Coubertin viniendo a competir pero difícilmente a ganar.

Aunque la vieja tregua griega no funciona totalmente en el mundo de hoy, el planeta se ha reconfortado. Mientras hay gente que pierde la vida, Michel Phelps sigue entrenándose para ser el mejor... Mientras hay un secuestro o una bomba, Usain Bolt devora metros en la pista... y mientras hay injusticias, pobreza, accidentes y corrupción, los siete mil atletas de cada cuatro años nos ponen una sonrisa en la boca porque ganen o pierdan, ofrecen un respiro.

Beijing nos enseñó que hay diferentes maneras de enamorarse de un lugar. Aún con el prejuicio que varios traíamos desde la llegada, no habrá un solo ser humano que haya estado aquí que no se vaya cautivado.

La sede olímpica amaneció diferente porque no tiene ya sus Juegos, porque todo lo que se diga de ellos no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR