Francisco Javier González / El equipo sin chiste

AutorFrancisco Javier González

La Selección Nacional llega con antecedentes adversos a la Copa del Mundo. Hay cosas que no están alineadas al optimismo.

Pocos de sus jugadores, si es que alguno, están pasando por uno de esos momentos que semejan el estado de gracia. Es decir, que traen la inercia de la victoria, del buen momento, de esa animosidad contagiosa con que pueden empujar a los demás a cambiar la tendencia.

Colectivamente, al Tri le falta ensamble. Es un grupo de solistas, unos más duchos que otros, que tratan de encontrar los tiempos justos para tocar al mismo tiempo y ofrecer una sonoridad por lo menos razonable.

Su técnico, tan dispuesto a la generosidad que le pedimos los medios como a estallar en cólera cuando las cosas no marchan de acuerdo a sus planes, no da ejemplos frecuentes de templanza. Miguel Herrera, sin embargo, nunca nos ha mentido: su tendencia ha sido siempre la de sacar la presión de los momentos críticos enseñando los colmillos hacia el arbitraje, el rival o el clima.

Parecería que esta Selección, sin sal y sin pimienta, es una botella arrojada al mar y que llega al litoral brasileño empujada por el movimiento de las olas, sin capacidad de resistir los cambios de dirección. Lo que le queda es, resignadamente, llegar a la playa y respirar un poco más tranquila.

Su ataque es chato. Carece de los jugadores que le den profundidad y generen peligro al arco contrario. Las defensas contrarias no se asustan; parecen dormir tranquilas.

Es, pues, una Selección sin chiste. No es que sea mala; es que le cuesta enseñarnos su gracia.

El poco tiempo de preparación, los accidentes del camino, la Repesca y los avatares sufridos, no le exentan del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR