Fernando Marcos: Personaje único en el futbol mexicano

AutorAngel Chávez Córdova

¡Murió Don Fernando Marcos!

Estas cuatro palabras cimbraron México entero porque difundieron la desaparición física del único personaje que desempeñó casi todas las funciones del futbol y sobresalió en todas ellas.

Como jugador, técnico, árbitro, columnista, comentarista y narrador de radio y televisión, Don Fernando fue notable, tanto que no hubo -y quizá no habrá- alguien que haya podido imitarlo tan siquiera.

En su profesión de relator de juegos, inmortalizó su tradicional editorial en cuatro palabras con el que siempre cerró las transmisiones.

Sus cuatro palabras invitaban a la reflexión, movían el pensamiento, provocaban repulsa, adhesión o despertaban la sonrisa.

El poder de ese editorial, mínimo en verbo pero amplio y filosófico en contenido, muchas ocasiones propició cambios en actitudes de jugadores y técnicos o modificó sistemas en los equipos.

Dueño de culto lenguaje, Don Fernando recurrió de lo mejor al símil apropiado, a la metáfora precisa, contundente o mordaz, incluso.

Una vez, cuando las Chivas Rayadas perdieron un Clásico frente al América, concluyó rotundo: "Los mariachis callaron".

Con humorismo adornaba también sus comentarios, como cuando dijo que el colmo de Fernando Bustos era que se convirtiera en el sostén de su equipo.

Asimismo, era proclive a utilizar el refrán, ese evangelio chiquito que se agigantaba en su voz por lo exacto de su aplicación.

En sus crónicas, exclamaba "¡Ahí va eso!", cuando aparecía en la cancha alguna posibilidad de peligro en las porterías. Y acertaba las más de las veces en la suposición de daños inminentes.

Por cierto, "¡Ahí va eso!" fue el título de una de sus columnas, las cuales escribió en diferentes periódicos y revistas, Siempre! entre ellas.

Menos conocidas que su profesión periodística, pero no por eso menos relevantes, fueron sus actuaciones como jugador, técnico y árbitro.

Le decían "Varallo", segundo "Cañoncito"

Como jugador de primera fuerza, se inició como centro delantero en 1931 con el Real España y se significó por su poderoso disparo.

Tan potente era su golpeo, que sus compañeros lo apodaron "Varallo", apellido de un argentino del Vélez Sarsfield al que le decían "El Cañoncito".

La historia registra su nombre como el primero que anotó gol en el Parque España que fue, por cierto, desde la media cancha.

El partido inaugural de ese parque fue entre el España y Atlante y se había prometido una medalla de oro al autor de la primera anotación.

Cuando el portero Grande regresaba...

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