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Felipe Díaz Garza / Se les subió la jamaica

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Vincent
AutorFelipe Díaz Garza

Al Senador perredista Isidro Pedraza le olió el jueves pasado que algunos de sus colegas llegaron borrachos a la sesión nocturna de la Cámara de Senectos, en la que se discutió el primer dictamen de la reforma energética. El Senador pidió que se aplicara el alcoholímetro a los legisladores, ya que había entre ellos quienes presentaban aliento alcohólico.

Muy digno en su papel de "no lo hemos hecho ni lo volveremos a hacer", Jorge Luis Preciado, presidente de la Junta de Coordinación Política, negó que durante la sesión nocturna en la que se discutió el primer dictamen de la reforma energética, se hayan presentado en el pleno algunos legisladores en estado de ebriedad.

Preciado dijo que a los Senadores sólo se les sirvió agua y café durante las 13 horas de trabajos parlamentarios. También dijo no saber qué hacen los legisladores fuera del recinto, ya que no anda siguiendo a nadie.

"Por lo menos el grupo parlamentario del PAN estuvo en el Pleno y estuvimos en la cafetería de allá abajo tomando agua fresca", afirmó, tras reconocer que tenía "un poco de sueño" porque había dormido muy poco.

Quizás sea cierto que el desvelo se debía a la devoción republicana de los senectos y no a la jarra, que se vería muy mal al levantar el dedo para votar, si en las Cámaras todavía se votara a mano al aire y no a mano en el teclado. Quizás sea cierto que, como implica con su justificación refresquera el Senador Preciado, el agua de jamaica de la cafetería camaral les dio en cara a los legisladores, sobre todo a los panistas.

Pero lo cierto es que los legisladores muchas veces votan como si anduvieran borrachos sin andar así, pues no se necesita andar intoxicado para legislar irresponsablemente, tan sólo se necesita ser irresponsable. Mas esa condición no se puede medir soplándole a un responsabilímetro.

Hay estudios que miden el coeficiente intelectual, mas todavía no se rechaza a un Senador o Diputado por tonto, pues atentaría contra sus sagrados derechos humanos y, lo que es más definitivo, contra las cuotas partidarias de sector y otros compromisos bastante más inconfesables que agarrar la borrachera y votar las leyes en ese estado.

Los legisladores ni siquiera están...

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