Felipe Díaz Garza/ La oscuridad en el poste de la luz

AutorFelipe Díaz Garza

Nuestros hermanos, los indios de México, hablaron anteayer largo y tendido de pobreza extrema, de riqueza extrema y de marginación y de explotación de los pobres extremosos por los ricos extremosos. Con lo que vimos y oímos el miércoles en el Congreso de la Unión, a muchos regiomontanos distraídos por su bienestar les empezó a caer el veinte de la injusticia y de la miseria como algo cercano a ellos.

Pero quedan muchos que piensan que la pobreza extrema es un fenómeno etíope o haitiano y que la injusticia social sólo se practica en esos países, cuyos pueblos, por heréticos, han sido dejados de la mano de Dios. Mas resulta, mi querido vecino, que en el crucero vial de las calles Corregidora y Colón, en el mero centro de San Nicolás de los Garza, locación que no puede ser más urbana y metropolitana, un hombre de poco más de 40 años trató ayer en la madrugada de suicidarse, para escapar de la miseria, colgándose de un poste de la luz.

"No completo para el gasto, trabajo muchas horas al día y aún así no completo, no tengo dinero para darles a mis hijos lo que se merecen, la verdad es que estoy muy desanimado, por eso quería ahorcarme; gano muy poquito, ya no quería saber nada, puse la cuerda en el poste para ahorcarme, pero no me aguantó, ya no sé qué hacer", dijo llorando el fallido suicida, quien resultó herido, sí, pero porque su mala suerte convirtió el drama en ópera bufa, cuando la soga se reventó y el protagonista de esta historia se cayó del patíbulo de la CFE que había escogido para suicidarse.

Le refiero la anécdota de la horca reventada para que usted y yo hagamos concreta la abstracción a que fuimos sometidos el miércoles en el Congreso de la Unión. Se la cuento para que los dos entendamos qué miserable, desesperanzado y suicida por hambre, aunque fallido, significa ser regiomontano, vecino suyo y mío e, igual que usted, esposo y padre amantísimo de una familia regia que se merece todo lo que la pobreza le niega.

¿Verdad que, vista así, la ópera bufa de San Nicolás deja de ser cómica y se convierte en dolorosa epopeya? Mas aprendamos del dolor que, según Duchamp, es el animal que nos conduce a la sabiduría: la tragedia de la horca reventada le da una dimensión tangible y real a la comparecencia ante los diputados de los pobres indígenas mexicanos, a los que muchos compatriotas suyos les negábamos el derecho de manifestarse, por inexistentes, en la casa del pueblo que es el Congreso de la Unión.

La miseria y la injusticia existen y...

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