Felipe Díaz Garza / La pobreza es negocio

AutorFelipe Díaz Garza

La corrupción gubernamental y la delincuencia organizada constituyen un contexto perverso para la pobreza. En un país normal los pobres están fregados. Mas en México los pobres están fregados fregados y vueltos a fregar. Y después de eso, los friegan otra vez, pues no sólo son miserables, sino que su miseria produce dividendos a quienes la explotan.

La semana pasada le escribí aquí mismo de los pobres de Guerrero, cuya única posibilidad de supervivencia es cultivar amapola para entregar la ordeña de la flor, por unos centavos, a los delincuentes, a los que la goma de opio procesada industrialmente les producirá millones de dólares en el mercado libre.

Este periódico publicó ayer que, en el primer trimestre de este año, el electoral (supuestamente blindado), la Sedesol incrementó el gasto e intensificó la afiliación masiva de beneficiarios y el nombramiento de vocales de Prospera.

Integrantes de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza externaron su preocupación sobre el uso de la estructura del también llamado Programa de Inclusión Social para la compra del voto.

"En enero y febrero, se han intensificado las reuniones del titular de Sedesol con beneficiarias y promotoras del programa Prospera, Liconsa, Diconsa y Comedores Comunitarios", advirtió el coordinador de la red de 60 organizaciones civiles.

Las vocales del programa Prospera, quienes son elegidas por los beneficiarios como sus representantes ante la contraloría social, sirven como primer enlace con la Sedesol, en particular para transmitir quejas o denuncias en periodo electoral.

"Ya no son los servidores públicos que pueden tener una sanción, sino los servidores públicos instigan a las beneficiarias y vocales de Prospera para que ellas generen la conducta delictiva", acusó el ex Fiscal electoral, Santiago Nieto, al presentar la plataforma Democracia Sin Pobreza.

Lo peor es que lo peor es verdaderamente peor.

Los delincuentes no sólo se aprovechan de los pobres y los empujan convincentemente a delinquir en su beneficio, ordeñando opio o empujando a otros más pobres a votar por X o Y, lo que no nos asusta mucho, quizá porque estamos acostumbrados a que delincuentes organizados y gobernantes (ídem por delincuentes) sean...

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