Felipe Díaz Garza / Paraíso infernal

AutorFelipe Díaz Garza

López Obrador debió haber llegado al oficio el 1 de diciembre con su lista de objetivos inmediatos y reportar resultados bastante antes de las posadas y no después de la Semana Santa, lo que tampoco hizo.

Eso sí, platica mucho, echa muchos dichos mexicanos que hacen reír y despertar a su audiencia en las dichosas mañaneras y se equivoca como cualquier mortal que no prepara sus discursos con anticipación y no sabe de lo que está hablando.

Ha gastado sus primeros seis meses sin saber de lo que habla y ofreciendo que transformará este País agitando el cayado del Mesías y golpeando con él a los descreídos que se atrevan a contradecirlo, pues él lleva consigo la verdad, pero la protege celosamente de la mafia del poder.

Esa mafia es la causante de la corrupción, de la inseguridad pública, de la pobreza, del desempleo, de la delincuencia organizada, del desastre económico, que el Presidente transformará en progreso con tres o cuatro golpes de timón que en algún momento le dará a la nave del estado, de la que él y nadie más es el timonel.

Nada se mueve, nada se ha movido en estos seis meses, excepto la lengua pintoresca de AMLO soltando dichos de los que aprendió de chico en Macuspana o levantando cacao en Comalcalco o contándoles historias de susto a los turistas al acompañarlos, por un veinte de aquellos, a Centla, pasando por Frontera y Paraíso.

Por eso va a hacer allí la refinería Dos Bocas, en el mero Paraíso, que por ningún lado es el paraíso, sino todo lo contrario.

Entre Puerto Dos Bocas y Frontera, de cara al Golfo, con Centla y sus pantanos ebolescos en medio, está el infierno que los tabasqueños sardónicos por naturaleza bautizaron como Paraíso.

Allí hace calor todo el año, un calor de infierno, que desmaya a la gente desprevenida que nos creímos el cuento del paraíso perdido, con o sin Milton de cicerone, como Virgilio en el infierno de Dante.

Construir allí lo que sea es más caro que en cualquier parte: hay que pagar más a los trabajadores y acercar a precio siempre alzado todos los insumos necesarios para construir, por ejemplo, una refinería como la que el autócrata AMLO se ha emperrado en construir allí, exactamente en Dos Bocas, que está cara con cara con Paraíso, como le dicen en Tabasco al infierno.

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR