Felipe Díaz Garza / Muertos sin sepultura

AutorFelipe Díaz Garza

El PRI de ahora es exactamente igual al de hace 25 años.

Claudia Ruiz Massieu Salinas encabeza hoy el tricolor, a falta de un Presidente de la República priista, como hace 25 años lo era Carlos Salinas de Gortari, tío directo de Claudia. Eso da la soportable levedad de un instante al cuarto de siglo transcurrido desde la fallida candidatura a la Presidencia de Luis Donaldo Colosio.

El tiempo no ha pasado. Las ideas y los ideales son los mismos: no hay más ruta que la nuestra y toda oposición debe ser apachurrada.

Para empezar con claridad, Colosio no era un revolucionario. Era un economista neoliberal no demasiado brillante educado en las ideas económicas, no sociales, que sus mentores en la Escuela de Economía del Tec de Monterrey pusieron en su cabeza antes de que Carlos Salinas le cortara el pelo.

No hay ninguna evidencia seria de que, al llegar a la Presidencia, el sonorense fuera a promover una economía transformadora de la sociedad mexicana, tan pobre entonces como hoy.

Si hubiera sido Presidente, Colosio hubiera continuado la versión salinista de la economía neoliberal, que el entonces Presidente dice que aprendió en Harvard, a donde fue a estudiar Política en su Escuela de Gobierno, no economía como su padre Raúl.

Salinas puso a Colosio no a redimir a los pobres, sino porque sabía que le cuidaría las espaldas, como no se las cuidó Zedillo, a quien tuvo que poner a la muerte de Colosio.

No iba a haber cambio alguno con Colosio, como no lo hubo con su muerte, que sólo dejó pasar otros cuatro sexenios de priismo real o disfrazado (como los dos sexenios panistas) y consolidó la economía empresarial en perjuicio de la economía popular, la de la mayoría de los mexicanos que, sin lugar a dudas, hoy somos más pobres que hace 25 años.

No nos equivoquemos, pues, ni dejemos que las nefastas voces priistas de Salinas y su parentela nos engañen. Salinas Presidente de México era el PRI hace 25 años. Ruiz Massieu Salinas presidenta del PRI sigue cumpliendo la tarea asignada por su tío al asesinado candidato, que fue cuidarle las espaldas al cacique y sostener el sistema político igual que siempre.

Eso se concretó con el acceso al poder...

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