Felipe Díaz Garza / El gato tiene cuatro pies

AutorFelipe Díaz Garza

Tienen razón los que dicen que es peligroso armar legalmente a los ciudadanos para revocar el mandato a un gobernador, lo que el Foro Libre y Democrático de México ha anunciado que propondrá, dentro de su iniciativa de Ley de Participación Ciudadana. Lo único más peligroso que una turba ilegal es una turba legal, pues la defensa propia, argüible por la víctima del motín frente a la agresión civil delictuosa, se convierte fácilmente en desacato punible del condenado frente a la muerte civil legitimada por la ley.

Además, el hecho de que sea legal no evita que la revocación de mandato a un gobernador pueda ser, eventualmente, un golpe contra la sociedad dado por la misma sociedad o una parte de ella. Quiero decir que un gobierno puede ser paralizado mediante la amenaza de la revocación de poder a su líder o éste puede ser sujeto de la pérdida del mando sin que haya hecho lo necesario para merecerlo.

Aun sin llegar a la expresión final de la revocación del poder, que es la salida forzada del cargo y la consecuente elección de nuevo gobernador o designación de sustituto, el proceso de decapitación civil del gobernante, cualquiera que sea la letra de la ley, es muy costoso en términos sociales, económicos y políticos que no necesito describirle en detalle pues usted fácilmente los puede imaginar y presupuestar.

Desde luego que no todas las solicitudes de revocación de poder serán dolosas, mal intencionadas o conspirativas, pero la experiencia nos dice que la mayoría de las veces los ciudadanos demandamos de los gobernantes más de lo que éstos pueden hacer por nosotros y más, mucho más, de lo que merecemos. También sabemos por experiencia que cuando un gobernante no hace lo que nosotros supusimos que haría o no nos da lo que indebidamente queremos, inmediatamente pedimos su cabeza. Armados con la ley, derribaríamos al Presidente Vicente Fox porque no cumplió las expectativas que nosotros formulamos, sin él, y porque quiere cobrarnos impuestos más altos (o más eficientes) en lugar de distribuir entre algunos de nosotros y en efectivo el tesoro público.

Estoy seguro de la buena fe y de la prudencia republicanas de los miembros del Foro Libre y Democrático de México entre quienes destaca Gilberto Marcos, quien en el pasado reciente y en el no tan reciente ha dado muestras de su preocupación y compromiso personales con la buena marcha de los asuntos públicos.

Pero creo que esta vez Gilberto y los suyos están llevando las cosas un poco lejos, quizás...

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