Felipe Díaz Garza / En defensa propia

AutorFelipe Díaz Garza

El Gobierno de Nuevo León obtuvo el "honor" de arrancar el 2020 como el Estado con mayor número de feminicidios en todo el País. De las 73 víctimas reportadas nacionalmente durante el pasado enero, ocho fueron nuevoleonesas.

Puebla, Sinaloa y el Estado de México ocuparon, en ese orden, los siguientes tres lugares de la entrañablemente dolorosa estadística criminal.

Lo cierto es que los Gobiernos de todos los Estados del País han burocratizado el horrendo delito, que han convertido en una estadística.

Pero en todos los casos es un crimen de odio, enfrentado por las autoridades con torpe indiferencia.

Lo prueba el que, ya cometidos los crímenes, nuestros gobernantes hacen como que persiguen a sus autores.

Sólo ha sido sentenciado el asesino en el 22 por ciento de los 194 feminicidios perpetrados en Nuevo León del 2013 al 2019, lo que quiere decir que los crímenes contra mujeres le valen un cacahuate al sistema gubernamental de tres Poderes, igualmente irresponsables y criminalmente omisos.

El cargo, cuando menos moral, también debe ser imputado a las gobernantes mujeres, legisladoras, funcionarias de Gabinete y juzgadoras (por decirles de alguna manera) que no han cumplido, igual que sus colegas hombres, con la misión de proteger a sus congéneres, que son diezmadas sin piedad en todas las edades, niñas, adultas y ancianas.

Hombres y mujeres, pues, integran un sistema machista de género único, a pesar de una fingida paridad; diseñado y operado por machos orgullosos de su condición y de su doble poder, el físico y el político, ambos ejercidos (o no ejercidos por incapacidad) con efectos letales en las mujeres.

Y se asombran de que las expresiones de protesta y reclamo de las mujeres aún supervivientes por el abandono social de que son objeto, lleguen al vandalismo y al ataque violento y criminal con que a veces responden al vandalismo y al ataque violento y criminal de que ellas mismas son objeto.

Ante la agresividad creciente de las amenazadas al protestar, un sistema social y político descompuesto manipula bonitas estadísticas para probar que los Gobiernos están trabajando para erradicar la criminalidad de odio contra las mujeres.

Pero no...

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