Felipe Díaz Garza / La cinta de Gloria Trevi

AutorFelipe Díaz Garza

López Obrador llegó este fin de semana a Guachochi, Chihuahua, continuando con su improductiva gira nacional de hospitales. Diríase que anda en campaña política más que médica (escrito "con todo respeto", como él mismo acotaría).

Guachochi es un municipio en las alturas de la Sierra Madre Occidental. Allí tiene hogar uno de los principales asentamientos de tarahumaras.

Un grupo de danzantes de esta etnia recibió a López Obrador, no sé si por voluntad propia o acarreados, con una danza indígena en la entrada del Hospital Rural del IMSS.

Prestamente, AMLO aprovechó el intermedio dancístico para aventarse un eslogan de campaña, prometiéndoles cielo y estrellas a los chihuahuenses originarios o, más bien, originadores de Chihuahua, pues "tengo otros datos", como también acotaría el maya originario.

"Se va a atender a todos, se va a escuchar a todos, se va a respetar a todos, pero la preferencia va a ser para los humildes, por el bien de todos primero los pobres.

"Primero las comunidades indígenas de México, que es la verdad más entrañable, la verdad más íntima de nuestra patria, los pueblos originarios, eso es la fortaleza cultural de México", les dijo antes de seguir su gira proselitista.

Y ya cuando dijo eso, ya traía amarrada en la cabeza una cinta roja, de esas que los tarahumaras hilan y venden a los turistas para sobrevivir a pesar de las falsas promesas que los políticos en campaña, AMLO el más campañero de todos, les hacen a la menor provocación.

De hecho no hubo provocación alguna para que el Mandatario se amarrara la cabeza como lo hacía Gloria Trevi cuando no quería "traer el pelo suelto".

Ya disfrazado de hippie trasnochado que les suelta el rollo de su cuarto o quinto o sexto informe, con la cinta roja amarrada en su choya maya.

Igualito a Calderón de ridículo cuando éste se disfrazó de soldadito de plomo, hace ya sus buenos 12 años, con un uniforme militar que le quedaba grande, igual de extracurricular que le quedaba el sábado a López Obrador la cinta que mágicamente le acercó y le amarró algún oficioso ayudante, como les dicen ahora a los guaruras.

Se le olvidó o se hizo ganso que él mismo se burló hace unas semanas, como Némesis fulminante, del otro indígena originario (también de...

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