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Felipe Díaz Garza / Besos a los asesinos

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Vincent
AutorFelipe Díaz Garza

El asesinato del juez federal Uriel Villegas Ruiz, ejecutado el martes con su esposa en Colima, fue calificado el miércoles como "crimen de Estado" por el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

"Que no haya duda que éste es un crimen de Estado y que cuando hay un crimen de Estado, todas las instituciones del Estado mexicano estaremos del mismo lado", dijo el Ministro Arturo Zaldívar.

"Aquí no caben las diferencias, no caben las políticas, no cabe ninguna otra distracción, y estaremos muy atentos a cómo se vienen desenvolviendo estas investigaciones".

El Ministro presidente de la Corte fue muy claro; su mensaje no tiene significados ocultos ni inesperados. Aquí, allá y donde sea es un ataque grave contra todas las instituciones del Estado y de la sociedad atentar, además con éxito, contra la vida de un portador de oficio de la ley. Especialmente si una de las misiones prioritarias del juez Villegas Ruiz era el castigo a quienes hacían con otros lo que el martes hicieron con él y su esposa.

Por si a alguien no le cae el veinte, México está bajo ataque, como lo certifica mortalmente el asesinato del juez y su esposa. México está siendo atacado y debe responder en forma implacable a los atacantes embozados, pero que todos saben quiénes son, que han cobrado una víctima que seguramente les molestaba y que, en actuaciones anteriores, había aplicado sentencias indeseadas por los sentenciados y sus organizaciones criminales.

El Ministro Zaldívar tiene toda la razón del mundo y le asiste el Derecho al señalar que "todas las instituciones del Estado mexicano estaremos del mismo lado" o deberíamos estar del mismo lado si a nuestro Presidente de la República no se le ocurre la mafufada de responder con un decálogo mosaico mal escrito y peor hablado al asesinato imperdonable del abogado juzgador federal Villegas y su esposa, tan injustamente victimada como su marido.

Éste no es momento de perdonar, ni de extender la mano a los criminales, ni de...

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