Felipe Díaz Garza / Basta de mesianismo

AutorFelipe Díaz Garza

Al Presidente López Obrador se le ocurrió que, si no puede pescar a los rateros, la solución es no tener nada que le roben.

Bajo semejante criterio ordenó cerrar ductos de Pemex, para que los dichosos huachicoleros se llevaran un palmo de narices al tratar de ordeñar las tuberías.

Ello obligó una segunda instrucción: redirigir la distribución a través de carros tanque (pipas), solución parcial por limitada a un flujo infinitamente menor del combustible a buena parte del País.

El desabasto no se hizo esperar, pero la explicación sí, pues el Gobierno se guardó la verdad por un rato que duró días. Nadie hablaba del cierre de ductos y el "inexplicable" desabasto masivo puso en caos al centro del País y empezó a afectar negativamente más allá de esa enorme e importante región que encabeza la Ciudad de México.

El efecto fue devastador, más el de la incertidumbre que causó el ocultamiento de la verdad, que tardíamente fue reconocida por la Presidencia, cuando el País estaba a punto de caerse. Y ahora sale el Presidente con que "no panda el cúnico" y que administremos el combustible.

"Poco a poco se va a ir normalizando la situación, no caigamos en pánicos, en compras precipitadas. Si tienen combustible, no se preocupen, no se va a acabar la gasolina, administren lo que tienen y no consuman más de lo necesario para que de esta forma podamos regularizar el abasto en la Ciudad de México y en todo el País", dijo el mesías tabasqueño en un mensaje en video.

El engaño paga mal a todos, particularmente a los engañados, en este caso el pueblo. Pero también el engañador paga intereses caros tarde o temprano. El Presidente sólo cree en las consultas a modo que él manda hacer y no cree en ninguna encuesta profesional que no le sea favorable, igual que cualquiera de sus antecesores.

Pero, aunque él no lo acepte, los números favorables para AMLO han sufrido merma importante después de julio pasado.

¿Cómo no? Miente o administra la verdad como cualquier otro.

Descalifica a sus críticos, como lo hace ahora con el periódico Wall Street Journal, al que acusa de no ser profesional y le parece (así lo expresó) que no investiga lo suficiente porque uno de sus escritores profesionales, si los hay, reportó...

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