Felipe Díaz Garza / ¿Más balas perdidas?

AutorFelipe Díaz Garza

Ayer se publicó en este periódico un reportaje que es una señal de alarma. Enrique Tapia Padilla, presidente de ASIS Capítulo México -asociación que agremia a empresas de seguridad privada-, refirió en esa nota que actualmente operan en México unas 8 mil empresas en su sector, pero de ellas sólo entre 700 y 800 están registradas ante la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), y de esa cantidad apenas un 8 por ciento tiene permiso del Estado en el que labora.

"Evidentemente ha estado creciendo el servicio de seguridad privada en estos años, porque los clientes y las empresas buscan hacerle frente a la delincuencia que estamos viviendo", declaró.

La Asociación Mexicana de Profesionales en Prevención de Pérdidas (AMPPPAC) estimó que de unos mil negocios de guardias que operan en Nuevo León sólo unos 400 son legales. Esta última cifra fue avalada por Carlos Ruvalcava Lima, encargado del Despacho de la Comisaría de la Policía Preventiva de Nuevo León, quien dijo que de ese total 310 cuentan con permiso del Estado y el resto también con certificación federal.

Sobre las empresas informales en Nuevo León, Ruvalcava dijo desconocer su número, pero aseguró que la SSP estatal realiza inspecciones continuas para detectar la existencia de éstas. Declinó revelar, señala el reportaje, "por motivos de seguridad", cuántos inspectores hay para verificar a esos negocios.

Los motivos de seguridad que arguye el Comisario de la PPNL sin duda se reducen a que la dependencia no cuenta con infraestructura humana y tecnológica para controlar a los ejércitos privados, reconocidos en número de mil por él mismo y por su contraparte en la AMPPPAC. Pero fuera de control por razones de incompetencia oficial más que de seguridad, lo cierto es que operan en Nuevo León miles de individuos armados, cumpliendo sin supervisión oficial funciones ilegales de policías, soldados, guardaespaldas, abrepuertas, choferes de riesgo y hasta sicarios, no le quepa duda.

Si hay mil compañías así en Nuevo León, 600 de ellas completamente al margen de la ley, es fácil pensar que sus efectivos, todos ellos armados y dispuestos a usar sus armas para "cumplir sus contratos", son cuando menos 10 mil, atribuyendo a cada una de estas empresas privadas una nómina en promedio de 10 pistoleros.

Con esa misma proporción, son 80 mil hombres armados...

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