Felipe Díaz Garza / Atórale o te atoramos

AutorFelipe Díaz Garza

Ni para cuándo que podamos imaginar hoy a Jaime Rodríguez como un Alcalde entrón, como cuando se defendió a tiros en una emboscada que le prepararon unos sicarios allá por el 2012.

Además cada día que pasa adquiere más matices teatrales la dichosa "emboscada", sobre la que fincó buena parte de su exitosa carrera a la Gubernatura.

Jaime se ve cada vez más disminuido y sacón. Además de que quemó su capital político embarcándose en una campaña presidencial imposible de ganar. De más de un millón que votaron por él para Gobernador, pocos votarían hoy, y menos en 2021, por él o un candidato empujado por él.

En eso tiene que ver, más que el abandono de sus obligaciones durante prácticamente la mitad de su gestión, el escaso interés que, ya de regreso, ha demostrado por gobernar.

Ese desinterés se ha manifestado en muchos asuntos, empezando por uno de los más apremiantes, que es la inseguridad pública, a cuyos encargados simplemente no se ha ocupado en conducirlos y aprovechar sus talentos, que Aldo Fasci y Bernardo Garza González sin duda tienen.

Además, por razones del corazón que la razón no comprende, diría Blas Pascal, designó Procurador, cuando tal facultad le correspondía, a Roberto Flores Treviño, quien devino en Procurador de Injusticia.

Lo sostuvo más allá de toda conveniencia, a pesar de la errática conducta de Flores, quien llegó a ser señalado cuando menos como defraudador y adicto al juego, lo que finalmente lo llevó a renunciar.

El Estado desgobernado por Jaime Rodríguez atraviesa hoy por otra crisis, no la última, fabricada por los empresarios del transporte, pero convertida en una creciente bola de fuego por la incompetencia y la debilidad del agente estatal de Transporte, Jorge Longoria, sumadas a las del Ejecutivo, que no sabe cómo apagar el fuego que ha encendido.

Durante meses, los nuevoleoneses metropolitanos han despertado sin saber si podrán ir a sus trabajos y demás ocupaciones o si podrán regresar a sus hogares al final del día.

Empresarios extorsionadores y autoridades a modo los han mantenido con la espada de Damocles suspendida sobre sus cabezas, amenazados por una suspensión del transporte público -¡público!-, que lo es, si...

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