Felipe Díaz Garza / Arroz cocido

AutorFelipe Díaz Garza

La ampliación de la zona metropolitana de 11 a 18 municipios es un proyecto inaplazable que debe enfrentarse cuanto antes. El Gobierno del Estado busca actualmente el consenso comunitario y la aprobación legal para lograrlo. Aplazar la formalidad de un cambio de vocación urbana así es posible, sí, pero no lo es la informalidad vertiginosa del cambio forzado por el crecimiento.

Es imposible eludir la metropolización informal de las grandes concentraciones humanas, como lo es la ligada a Monterrey, pero que podría estar ligada a Guadalupe o Apodaca o Escobedo-Santa Catarina-García, cuya importancia estratégica es similar o superior a la de la Capital estatal.

Históricamente, especialmente en los países subdesarrollados de crecimiento explosivo, como México, Brasil, India, Malasia, Filipinas o Venezuela, las metrópolis han surgido espontáneamente del sórdido apareamiento de los poblados hacinados en torno a las capitales o centros de poder, como el antiguo Distrito Federal, Calcuta, Manila o Sao Paulo.

Las zonas metropolitanas nacen de la promiscuidad y, por eso precisamente, su aparición es incontrolable: salen cuando salen y crecen cuando crecen y punto. Lo crucial es controlar el desarrollo de esas zonas metropolitanas.

No hacerlo ha sido el verdadero error de los Gobiernos y demás grupos de poder de los países afectados por la metropolización incontenible y demandante de servicios de todo tipo, desde maternidades hasta cementerios, de infinidad de ciudades, de grandes ciudades, que, desde la Edad Media y antes, han sido devastadas por la conurbación mórbida y pecaminosa.

La zona metropolitana extendida de Monterrey es un hecho y su aprobación es una formalidad que debemos acelerar, pues los 18 municipios que busca metropolizar el Gobierno estatal ya constituyen una metrópoli que hoy, sujeta a la clandestinidad de su denominación, causa problemas, devora recursos que no alcanzan, padece miserias, como la lejanía de centros de salud, educación, trabajo y recreo, cuando menos.

La conurbación, que no es metropolización, no provee, menos mientras esos municipios huérfanos de madre no tengan una ubre organizacional...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR