Felipe Díaz Garza / AMLO no tiene ciencia

AutorFelipe Díaz Garza

Con la ilógica lógica que lo distingue, el Presidente Andrés Manuel López Obrador pontificó el martes pasado en Ecatepec, donde viven los más pobres de México, que gobernar no tiene mucha ciencia.

"Eso de que la política es el arte y la ciencia de gobernar no es tan apegado a la realidad", espetó a sus desesperados oyentes, citados para la prédica desde temprana hora por la mañana, por un profeta retrasado que llegó hasta bien arrancada la tarde.

"La política tiene más que ver con el sentido común, que es el menos común, eso sí, de los sentidos.

"La política tiene que ver más con el juicio práctico, la política es transformar, es hacer historia, es un oficio noble que permite a las autoridades servir a sus semejantes, servir al prójimo, ésa es la verdadera política", iluminó mesiánico, pero no sorprendente, en la diócesis que controla otro mesías tropical, el inefable Obispo emérito Onésimo Cepeda.

Estoy seguro de que hasta cree lo que dice, pues él no miente nunca, terquea, lo que no significa que su boca vomite verdad cada vez que expresa alguno de sus recónditos pensamientos.

Especialmente cuando la improvisación desinformada o las trampas que le ponen sus informadores asalariados, como Manuel Bartlett, lo llevan a pronunciarse tan absurdamente como lo hizo en Ecatepec.

Sólo un ignorante impreparado puede pensar, creer y proponer como protocolo operativo que no se necesitan conocimientos, estudio, juicio e inteligencia para gobernar, que es la barbaridad que les aventó en la cara a sus oyentes de Ecatepec, hambreados de toda la mañana y el mediodía, tratando de venderles el sueño, ése sí que imposible, de que el Presidente sin ciencia para gobernar los sacará de su pobreza e inventará un futuro sólido para el polvoso municipio ecatepecano.

Por eso estamos como estamos, como cantarían Los Apson, desde hace décadas de improvisación gubernamental.

Estamos como estamos porque históricamente los gobernantes de México, cuando menos desde Manuel Ávila Camacho, han gobernado sin ciencia... ni conciencia.

Pero ninguno de ellos, ni siquiera el frívolo Miguel Alemán Valdés, fue capaz de insultar a los mexicanos diciéndoles que no se necesita mucha ciencia para gobernarlos.

La esperanza se va por la alcantarilla sanitaria en el esperado medio...

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