Felipe Díaz Garza / No es tan simple

AutorFelipe Díaz Garza

No debería haber necesidad de que el Gobernador les sonara el cencerro a las autoridades electorales para que vigilen la limpieza del proceso y castiguen su encochinamiento, pues es la obligación de éstas. No obstante, como lo haría un inocente con los culpables, Rodrigo Medina les espetó: "La ley es muy clara sobre la procedencia de los recursos. Hay que cuidar mucho eso", dijo el mandatario estatal al terminar de colocar la primera piedra de la Ciudad Laboral el viernes pasado.

Añadió que los árbitros electorales deben poner especial énfasis en que los políticos que contiendan para ocupar un cargo público no reciban recursos de empresarios propietarios de casinos e, incluso, del crimen organizado: "No nada más (dinero procedente) de los casinos, sino también hemos visto en otros estados, por ejemplo, de recursos de procedencia ilícita o que pudieran ser del crimen organizado, etcétera", señaló.

Rodrigo enfatizó que debe ponerse especial atención a la vigilancia de los recursos que apliquen los partidos políticos y sus candidatos para garantizar que los comicios del 2015 se lleven a cabo conforme a derecho. "Hay que estar muy atentos con la fiscalización de los recursos para las campañas", sentenció.

La preocupación de Medina es válida, pero simplista, pues, sin que dejemos de preocuparnos por la perniciosa asociación entre gariteros y carteleros, algunos de ellos los mismos, con los políticos en campaña y sus partidos, debemos vigilar, con mayor escrúpulo y sin la menor piedad, la relación necesariamente pecaminosa y delictiva entre los bandidos y los gobiernos.

Muchos gobernantes ya establecidos dejan de buscar votos, para "generar" recursos y otras complicidades para pagar las aportaciones bien interesadas que les hicieron para sus campañas los delincuentes, los zares del juego y otros hombres o grupos de negocios.

Podríamos quedarnos simplistas y atacar el problema sólo en los períodos electorales, como inocentemente propone Medina de la Cruz, pero eso sólo funcionaría, y quién sabe, si el proceso de corrupción estuviera en su fase primaria, electoral y delictivamente hablando. Pero el Gobernador sabe mejor que yo y que usted, mi querido vecino, que en ese sentido México es un enfermo terminal totalmente infectado.

Hace muchos años que los dueños del dinero...

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