Felipe Díaz Garza / Igual de peor

AutorFelipe Díaz Garza

Giuseppe Tomasi di Lampedusa fue muy optimista cuando, en algún rincón de su única novela, "El Gatopardo", eternizó el cínico postulado que propone "que todo cambie para que todo siga igual".

Optimista sí, literariamente optimista. Pero las revoluciones reales, a diferencia de las de las novelas, casi siempre han buscado cambiarlo todo para que todo sea peor.

No todas las revoluciones han sido violentas y sanguinarias, como la italiana, la americana, la rusa, la mexicana o la cubana, pero el cambio, provocado por fuerzas prevalentes para su beneficio, ha sido de proporciones revolucionarias.

Sin ir más lejos que al 1910 de la Revolución mexicana, el País y sus paisanos fuimos y regresamos de lo mismo a lo mismo, luego a lo peor y viceversa, gobernados por una dictadura de partido, que sustituyó a la de Porfirio Díaz, cuya vida y efectos, los del PRI, duraron y dañaron más del doble de lo que lo hizo el Porfiriato.

Al final del primer priato los indicadores contra lo anterior estaban "a tablas": unos cuantos ricos, hacendados y políticos con don Porfirio, empresarios y políticos con don Partido, y millones de pobres, el País como tal incluido, con uno y otro régimen. Se produce un cambio revolucionario no violento, sin considerar como significativos los episodios pseudorrevolucionarios de Ciudad de México, Guerrero y Chiapas.

El cambio que le refiero es el que arranca con la Presidencia del panista hoy tránsfuga Vicente Fox y sigue hasta finalizar con la Presidencia del también panista Felipe Calderón.

Este cambio, sin duda revolucionario, que "transforma" al PAN en una versión, corregida, aumentada y acelerada del PRI, empeora las cosas a través de un sistema que aprovecha la corrupción de la burocracia y de los sindicatos, con los que negocia para restarle fuerza al PRI, no para hacer mejor al País, sino peor, en una versión pesimista a la mexicana del cínico optimismo del Gatopardo.

El saldo al final del calderonato es más pobreza generalizada, más riqueza elitista, más desempleo, otra vez recesión, deterioro de la educación, inseguridad pública incontenible, muy delicada situación, según reconoció Gobernación la semana pasada, un tipo de cambio volátil (al alza y a la...

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