Federico Reyes Heroles / Sin color

AutorFederico Reyes Heroles

Toda sociedad vive a crédito.

Regis Debray

¿En qué pueden creer los mexicanos? La confusión es tal que por momentos el ánimo se quiebra. Desde hace siete años el País no logra parir una reforma de fondo. Pero la idea de parálisis no retrata fielmente la situación. No estamos igual que hace siete años por el simple hecho de que el mundo sí se está moviendo y a velocidades vertiginosas. En relación con ese movimiento global hemos retrocedido. Ya lo decía el gobernador del Banco de México, hemos dejado pasar oportunidades que nunca más tendremos frente a nosotros. Por más que uno intente la defensa del avance democrático, es difícil escapar a la simplista correlación: ese avance democrático en los hechos ha traído perdida de capacidad de gobierno y, peor aún, debilitamiento del Estado.

"Toda sociedad vive a crédito" lanza Debray en un diálogo con el físico Jean Bricmont, vive a crédito en tanto que toda acción humana se asienta en la esperanza. En México esa esperanza enseña fisuras, grietas. No son gratuitas: en los últimos años el núcleo en el poder, para utilizar la expresión de Hermann Heller, ha demostrado que es incapaz de llegar a acuerdos básicos, esenciales para el Estado mexicano. La competitividad cae anunciando un triste futuro en parte porque en este país, rico en hidrocarburos, hemos sido incapaces de lograr un nuevo acuerdo que permita a la inversión fluir al sector energético.

Cada día importamos más gas, petroquímicos, gasolinas, electricidad pudiendo producirlos dentro del territorio nacional. Triste orgullo para la generación en el poder el llevar a PEMEX a una virtual quiebra técnica. Cómo explicar a las futuras generaciones que en México logramos quebrar lo que en otras naciones es fuente inagotable de riqueza.

En qué creer cuando esos políticos embelesados con el discurso democrático no supieron leer con claridad que la mayor amenaza a la viabilidad de México se llama seguridad nacional. Es falso, como dice el régimen en su típico acto de escapismo, que en el pasado no se hubiera hecho nada y que los dramáticos días que vivimos sean el resultado de la acumulación de desaciertos previos al 2000. Perdón, pero nunca antes el narcotráfico había retado al Estado mexicano como ahora. Será en todo caso la acumulación de asuntos pasados potenciados por la ineptitud del presente.

Ya en esa reacción se muestra la miopía con la que se ha tratado el asunto. Endosarle la responsabilidad a ese barril sin fondo de justificaciones en que...

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