Familia 21 / ¿Querer o deber?

AutorJesús Amaya

"Mamá, no quiero ir a la escuela, tengo mucho sueño". "Mamá, no tengo ganas de hacer la tarea, quiero jugar con mi tablet". "Mamá, no quiero irme a dormir, quiero ver la televisión".

Y las respuestas: "Bueno, hijito, si no tienes ganas de ir a la escuela, les hablaré que te sientes mal" o "hijito, si no quieres hacer la tarea, no la hagas, vete a jugar y mañana le diré a tu maestra que no la pudiste hacer porque estabas conmigo" o "bien, hijito, pero hasta que se termine el programa".

En los últimos años, la educación y especialmente la psicología han centrado sus esfuerzos en estudiar el fenómeno de la motivación como el elemento clave para el aprendizaje y la realización humana.

La palabra motivación tiene su origen en el latín "movere", que significa mover. Es lo que impulsa a una persona a tomar ciertas decisiones, realizar ciertas acciones, mantener el esfuerzo y persistir en la acción.

En otras palabras, la motivación es la responsable de la explicación de por qué hacemos o no determinadas cosas. Se puede definir como la acción del querer.

Sin embargo, hay que tener cuidado porque el querer es lo único que mueve al hacer: "Pobre mi hijo es que no quiere hacer la tarea y por eso lo dejé que viera televisión".

Lo ideal sería que siempre actuáramos motivados. En mi opinión, no necesariamente toda acción debe de ser hecha con motivación. Habrá situaciones en la vida en que no queremos, pero lo tenemos que hacer porque es nuestro deber.

¿Cuántos de nosotros estamos motivados cada mañana para levantarnos temprano para ir a la escuela o al trabajo? Quizás muy pocos, pero lo tenemos que hacer y ¿por qué?: "Es nuestro...

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