FAMILIA 21 / ¿Por qué premiarlos?

AutorJesús Amaya

La semana pasada estuve platicando con un director de operaciones de una empresa transnacional aquí en Monterrey.

Él me comentaba muy consternado: "¿Por qué tengo que premiarlos por cumplir con su trabajo? El director de Recursos Humanos de la empresa nos exige premiar a los nuevos empleados por resultados, aunque sean mínimos. Cada semana nos pregunta si dimos reconocimientos a los subordinados por llegar a tiempo, no faltar, ir a las juntas y cumplir con sus tareas. No entiendo, ¿recompensarlos por cumplir con su deber?".

Bruce Tulgan, autor del libro Not everyone gets trophy (No todos ganan trofeo) advierte del riesgo de premiar a los niños y adolescentes por el simple hecho de participar en una actividad.

Tulgan señala que los chicos de la generación Milenio (nacidos entre 1985 y 2005) se acostumbraron a recibir trofeos o medallas por jugar futbol o al término de un año escolar sin importar el lugar en el que hayan quedado.

Una entrenadora de basquetbol me comentaba que en el torneo separaban a los primeros cinco lugares para que compitieran entre ellos y premiaban a cada uno de ellos con un trofeo.

Pero también hacían un mini torneo para que compitieran los últimos lugares y entregaban muchas veces trofeos mucho más grandes que los que entregan a los primeros.

El paradigma de la psicología conductista tiene el siguiente principio: "Para incrementar una conducta deseada hay que reforzarla positivamente".

En otras palabras, si deseo aumentar la posibilidad de que se produzca un comportamiento en un niño, necesito reconocérselo. Si premio a un niño por sólo participar, aprenderá que no es necesario el esfuerzo o el trabajo para obtener un premio.

Crecerá y cuando llegue a una empresa exigirá recibir reconocimientos por el simple hecho de ir o estar sentado.

Observo con preocupación que muchas escuelas han cambiado sus criterios de reconocimientos escolares por presión de los padres de familia: "¿Por qué mi hijo no recibió medalla como los demás? ¿No sabes que...

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