FAMILIA 21 / ¿Dónde está la compasión?

AutorJesús Amaya

Cuando el Dr. Leo Kanner, psiquiatra austriaco de origen judío, diagnosticó por vez primera a un grupo de 11 niños con autismo, en 1943, describió a una persona con el trastorno como alguien con "soledad extrema".

La palabra autismo tiene su origen en las raíces griegas aut, "centrado en uno mismo", e ismo, "estado o condición", y se pudiera traducir como "el estado mental de vivir centrado en sí mismo".

Este trastorno provoca dificultades en varios tipos de interacciones sociales.

El Dr. Simon Baron-Cohen, psicólogo de la Universidad de Cambridge, afirma que las personas con autismo tienen una "mente-ciega". Tienen gran dificultad de interpretar las emociones y los estados mentales de los demás.

Científicos sospechan que el autismo afecta a unas pequeñas células en el cerebro llamadas "neuronas espejo". Cuando observamos a una persona vulnerable, a veces experimentamos la necesidad de hacer algo por ella. En ese momento se han activado las neuronas espejo.

Estas células parece que están relacionadas a conductas empáticas, sociales e imitativas.

Investigadores de la UCLA mostraron fotografías de caras de personas con diferentes estados emocionales y encontraron que el cerebro de autistas no mostraba ninguna actividad en el área de las neuronas espejo.

Por esta razón podemos entender que tengan dificultad para interpretar los sentimientos de los demás.

En otro estudio de la Universidad de Yale, los investigadores mostraron fotografías de caras y de objetos físicos, como sillas o mesas, y encontraron que en los cerebros de personas con autismo las caras no generaban más...

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