Fallece fundador de comedor popular

AutorDaniel de la Fuente

Con el corazón roto. Así ofició su último servicio religioso el predicador José Carretero Cepeda, el domingo 7 de agosto, en el templo que fundara hace 17 años, Emanuel, en la difícil Colonia Garza Nieto.

Días después, sin embargo, no pudo soportar más el dolor y su hija Blanca Nelly lo llevó casi a la fuerza a la Clínica No. 34 del IMSS, donde tras una operación a corazón abierto, falleció la mañana del domingo de un segundo infarto.

"Nos dijo el médico que mi esposo tenía el corazón partido en dos, con un agujero al centro", explicó ayer Lucina Pineda Vázquez, su viuda. "Nos explicó que no entendía cómo había resistido tanto. 'Su marido tiene una gran fortaleza', me dijo... Ya lo sabía".

Pese al dolor, la mujer esbozó una sonrisa: nunca dudó de la fortaleza de su esposo, nacido en Garza Valdés, Tamaulipas, un 16 de noviembre de 1936. Ambos, tras escuchar el llamado de Dios, abandonaron en 1988 un negocio restaurantero y abrieron a lo largo de los años el templo evangélico, un albergue y comedor popular La Hermosa, en la colonia conocida como "La Coyotera".

Estos espacios fueron destinados a los más marginados de los más marginados, ya que reciben a los enfermos, ancianos y adictos que no encuentran cabida en otras instituciones.

Carretero Cepeda fue velado en la Capilla de Dolores y sepultado en el Panteón Jardín de Guadalupe. Antes de la sepultura, su cuerpo fue trasladado al templo Emanuel, donde fue presidido un servicio por el sobrino del benefactor, el ministro David Rodríguez.

"Mi tío no tenía sueldo, trabajaba para las almas de mucha gente que estaba perdida", mencionó. "No cualquiera hace este trabajo, pero como dicen las Escrituras: Dios nos promete la corona de la vida si somos fieles a ella. Creo que mi tío cumplió con su labor".

Al arribar el féretro de Carretero Cepeda, entre cantos y alabanzas, al templo ya de por sí colmado de familiares y amigos comenzaron a arribar lento de todos los puntos de la Garza Nieto muchas de las personas que en vida orientó, curó y alimentó, varias de ellas peligrosas, como Toño, quien con un brazo en alto lloraba y bendecía el lugar.

A él, el benefactor lo salvó de morir como su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR