Evoca los años recios

AutorFrancisco Morales V.

MÉXICO.- Mario Vargas Llosa no depone las armas. Las conoce bien y son suyas desde hace más de 50 años, cuando publicó su primera novela, La ciudad y los perros (1963).

Por eso, cuando un amigo periodista le sugirió la trama de su nuevo libro, una intriga comercial y militar que, por vía de Guatemala, asestó un golpe al corazón de América Latina, decidió echar mano, sí, de la investigación documental, pero antepuso las armas de su oficio. "Una buena dosis de fantasía, de imaginación, que es a lo que tienen derecho los novelistas", define al teléfono, en entrevista desde Madrid. "Ésa es la superioridad que les da sobre los historiadores".

¿De qué otra forma podrían saberse los pormenores de la conversación íntima de dos magnicidas en un burdel? ¿O las confesiones de cama de un dictador militar? ¿O incluso la minuta de una junta empresarial en la que se fragua un golpe de estado?

Para Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, la historia oscura del siglo 20 latinoa-mericano, la de los "hombres fuertes", las masacres, las intervenciones estadounidenses y las democracias que no llegan, se cuenta mejor así.

Su más reciente novela, editada por Alfaguara, retorna a las décadas de terror descritas ya en clásicos como Conversación en La Catedral (1969) y La fiesta del Chivo (2000), pero con la mira en Guatemala; lo hace, además, con una frase tomada de una carta de Santa Teresa de Ávila que podría englobar a las tres: Tiempos recios.

"Me gustó mucho la frase apenas la descubrí y me pareció que reflejaba muy bien esos años tan terribles para Centroamérica, para América Latina. Eran tiempos recios por la cantidad de violencia que se gestó ahí en esos años, la cantidad de muertos, toda la sangre que corrió", abunda.

En la caída del presidente guatemalteco Jacobo Árbenz, precipitada en 1954 por un golpe militar auspiciado por Estados Unidos, y facilitada por dictadores de la región, Vargas Llosa halla la clave para descifrar el atraso de la llegada de la verdadera democracia a los países del subcontinente. "Yo creo que eso retrasó muchísimo la democratización de América Latina. Tal vez medio siglo", pondera.

Es una historia de ideales echados por tierra, campañas internacionales de desprestigio, voracidad empresarial, reyertas militares y, como ocurre siempre, personajes casi imposibles.

LA PRIMERA 'FAKE NEWS'

El inicio de la tragedia de Árbenz, según lo narra Vargas Llosa, no ocurrió en un cuartel militar, sino en la sala de juntas de la United Fruit...

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