Al estrés hay que enfrentarlo

AutorJorge Alberto García

¿Conoces a alguien que padece insomnio o duerme mucho?, ¿tiene náusea o vómito porque va a presentar un examen difícil? ¿Olvida dónde dejo las llaves del auto o los recibos de la casa?

Probablemente esa persona esté inmersa en un episodio estresante, y para evitar que los síntomas hagan mella en su salud física y emocional, su inteligencia y autoconocimiento juegan un papel crítico para hacerles frente.

¿QUÉ ES?

El estrés es una reacción del organismo a un estímulo del medio ambiente y sus orígenes son consecuencia, principalmente, del ritmo de vida actual, por lo que no hace distinción de género, edad o clase social.

Se tiende a pensar que se debe a circunstancias ajenas a la persona, pero éste es un proceso de interacción entre el entorno y las respuestas cognitivas, emocionales o físicas.

El sistema nervioso responde activando hormonas, como la adrenalina y el cortisol, que viajan al sistema sanguíneo para acelerar la presión cardiaca, así como la respiración y el metabolismo. Esto se conoce como respuesta al estrés, pero cuando funciona indebidamente ocurren problemas.

"Ir a la escuela o pagar una deuda pueden generar estrés, son eventos que provocan ansiedad y que nos pueden conducir a tener enfermedades", comenta la internista Celia Carela Sandoval Villa.

El estrés suele ser temporal y su duración depende de la situación que lo lleva a ese estado, pero si estas situaciones son recurrentes, y el paciente no aprende a manejar el problema, le causa un desgaste emocional y físico que afecta su salud.

¿CÓMO IDENTIFICARLO?

Las señales más visibles son problemas gastrointestinales, como diarrea, náusea, vómito, gastritis y úlcera gástrica; del sistema músculo esquelético, como dolor de espalda, de cuello, cefaleas (dolor de cabeza), y migraña, así como cardiovasculares, que pueden ser palpitaciones, latidos irregulares del corazón o hasta infartos.

También insomnio, dificultad para recordar las cosas, excesiva autocrítica, ansiedad, irritabilidad, miedo y fluctuación en el estado de ánimo.

Puede propiciar sobrepeso, obesidad y un elevado consumo de alcohol, esto para intentar aliviar su ansiedad.

"Hay algunos que siempre están a la carrera, haciendo mil vueltas y no resuelven nada, otros tienen dificultad para despertar y hacer sus actividades, mientras que otros reaccionan gritando, aventando puertas, o hasta siendo grosero con sus compañeros de trabajo", relata la especialista.

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